Calle Betis, 6, 41010 Sevilla
Teléfono: 954 33 89 60
La Vida en Tapas desembarca en la Calle Betis con un nuevo restaurante que va a dar mucho que hablar. Estamos en “la orilla correcta” del Guadalquivir, en una arrocería y parrilla con producto andaluz. No es que necesitáramos muchas razones para dejarnos caer por la Calle Betis, pero el restaurante La Salina nos las da de sobra. El nombre alude a su esencia, que tiene que ver, poniéndole más literatura, con la importancia de la sal en nuestro devenir cotidiano. Y es que los márgenes del rio conservan ese ambiente de antaño, ese respirar marinero que en otras décadas reinaba en nuestra ciudad. La Salina ofrece a aquellos que lo visiten una cocina de mercado elaborada con los mejores productos de temporada. Un oasis gastronómico con unas extraordinarias vistas, basado en productos autóctonos de primera categoría. Aquí se trabaja una cocina donde las carnes, el pescado recién salido del mar y los arroces, especialidad de la casa, pueblan los fogones.
Volver a los orígenes, recuperar la esencia y sobre todo los sabores de siempre en una cocina tradicional renovada. Es lo que ofrece este restaurante de La Vida en Tapas, donde apuestan por una cocina reconocible y sencilla. El aire marinero y rústico inunda el local. Su cercanía al rio se hace presente en todos sus rincones y eso nos encanta. Sin grandes lujos, la Salina es un restaurante luminoso y acogedor. La enorme reforma y puesta a punto ha sido realizada por Modo Obra junto con el arquitecto Juan Pedro Donaire. Techos de vigas de madera y caña, arcos de medio punto, mesas altas con tapas de azulejos, sillones de ratán o mesas y sillas de madera natural. Los suelos son de barro rústico y todo está adornado con vasijas de barro y un gran número de plantas. Fuera, una enorme terraza con vistas al Puente de Triana. Las enormes cristaleras a la calle Betis inundan de luz el espacio. En todo el local vais a encontrar un denominador común: un espacio que mira al rio y que pretende ser un punto de encuentro informal y animado. Aquí se han cuidado los detalles. Incluso la vajilla es del alcoyano José Piñero y su Fábrica de Ideas, responsable de las vajillas de los mejores cocineros del mundo.
En la carta, desarrollada por el chef Víctor Fortuna, existen opciones para los que quieran un tapeo tradicional, como la porra antequerana 4,90€, ensaladilla de gambas 4,20€ o las papas bravas 3,90€, entre otras. Charcutería y salazones, como el jamón de bellota 24,00€, anchoa triple 0 2,90€, sardina ahumada 2,90€ o la tabla de quesos andaluces 6,90€. Platos para compartir como los huevos fritos con velo de atún 11,90€, puerros confitados en su jugo 4,20€ o micuit de pato con higos 13,90€. Siempre hay ocasiones para compartir un sabroso arroz. La carta de La Salina incluye arroces tradicionales como el arroz negro con chipirones 28,00, el ciego con rape y gambón 28,00€ o el caldoso con carabinero 36,00€. De la vitrina de pescado podéis pedir ostras Gillardeau 3,80€, gambas, carabineros, lubina, rape, etc. Cortes de carne como la presa de Black Angus 6,90€/100gr, lomo bajo 7,50€/100gr o la presa ibérica 6,50€/100gr. Tampoco falta el remate final que lo encontraremos en los postres, la mejor opción para finalizar una exquisita comida: Tarta de queso, tiramisu, coulant… Os dejo el enlace a la carta para que podáis ver los precios. Con una capacidad de más de 100 comensales entre interior y terraza, en este restaurante podréis disfrutar desde un tapeo informal, hasta comer o cenar a un precio ajustado. Nuestra cuenta para dos personas 56,00€.
Después de nuestra visita, porque no concibo una crítica sin conocer el sitio previamente, podemos enumerar una serie de detalles que deben pulir para seguir adelante con éxito: El servicio de sala es muy voluntarioso, pero muy jóvenes y poco rodados en empresas de esta envergadura. El interior es algo ruidoso. La carta de vinos en este momento no esta disponible, y los camareros no saben que recomendar. Nosotros pedimos Zancúo después de indagar que se podía tomar por copas. Quizás lo esperaba más autentico, con más esencia trianera, pero reconozco que es casi imposible abrir un establecimiento en la calle Betis y no decantarse en satisfacer a la enorme cantidad de turismo que pasea por esta orilla del río. Enfocado más al visitante que al cliente local, en La Salina se elabora una cocina de tradición actualizada, de temporada, en la que el producto se potencia con los aromas de la parrilla. La Vida en Tapas pasa así a tener diez restaurantes. Pocos como ellos conocen tan bien el negocio. Esos conocimientos, esos pasos dados les han dado la pericia para seguro convertir en poco tiempo a La Salina en uno de esos lugares que no debéis dejar pasar. Un espacio de ambiente familiar, perfecto para evadirte de la capital sin salir de ella, en parte gracias a sus espectaculares vistas, una de las más codiciadas de la ciudad. Súbete a bordo de una experiencia gastronómica donde el principal objetivo es agradar. Gracias a mi amigo Rafa de Gastromentor por las fotos (las buenas son las suyas) y por la logística necesaria para publicar el articulo.
Cocina | Bodega | Servicio | Ambiente | Precio |
3 | 2 | 3 | 3 | 3 |
Un lugar para recomendar. Calidad, precio y ubicación muy muy bueno. Excelente el trato del personal, en especial el chico Argentino que nos atendió, de 10. Volveremos.
El local muy acogedor, la cocina excelente.El servicio, muy lento, la barra no funciona, el personal agradable, con buena voluntad, pero creo que les falta experiencia. La señora que te recibe y te adjudica la mesa, le falta empatia y un poco de simpatía, da la sensación que no está a gusto con su trabajo. Te hace sentir mal. Creo que volveremos pq la comida nos ha gustado.