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Para los argentinos, los asados y las empanadas son cuestión de Estado. Significa el encuentro, la reunión con amigos y familia. Es innegable que existe un verdadero boom de la empanada en España. A esta afirmación la avala la cifra de más de cuatro millones de empanadas vendidas en nuestro país durante el 2022. Existen empresas que se están posicionando en el mercado, sobre todo en Madrid, Barcelona y algunas capitales de provincia importantes como Valencia, Alicante, Sevilla… Pero el nicho de mercado en Andalucía sigue siendo muy amplio. El plan de La Argentina es comenzar la expansión a la inversa, de Andalucía hacia el norte. Una de las claves para que hayan florecido es que son un producto pequeño, monodósis, fácil de comer y con infinidad de sabores. Los locales con empanadas tienen mucha variedad, con la misma base las puedes rellenar de mil cosas. Eso es bueno para llegar a un público muy amplio. Es difícil que llegues a un sitio de empanadas y no encuentres ninguna que te vaya a gustar. Se trata de una comida fácil, que mancha muy poco, que alimenta y que es muy fácil de compartir. En Sevilla, en lo que a empanadas argentinas refiere, casi todo es campo. Este obrador artesano de Olivares ha sido de los primeros en introducir este producto típicamente argentino en la gastronomía del Aljarafe. Aunque hacerlas tiene su miga. Cada empanada tiene un repulgue, un doblado o cierre diferente, y eso es parte de la filosofía argentina de la empanada. El segmento de la empanada ha llegado para quedarse y, como suele ocurrir siempre, algunos aguantarán el tirón y otros no, pero como en cualquier sector, prosperará todo aquel que ofrezca un valor diferencial.
Las primeras referencias culinarias de algo parecido a una empanada las encontramos en Persia, hace más de dos mil años; se las cita en recetarios griegos donde frecuentemente estaban rellenas con carne de cordero. Su finalidad era triple: conservar por algún tiempo la carne molida con distintas especias en un recipiente cerrado (la masa), resultar aptas para el transporte durante largas distancias y, sobre todo, ser fáciles de consumir en cualquier horario y lugar. Pero el origen de la empanada como hoy la conocemos sigue sin estar claro. Se cree que la primera mención de la receta la hizo un hombre llamado Ruperto de Nola en 1520. Los primeros inmigrantes españoles llevaron la receta a Argentina durante el siglo XVI. En la historia argentina, la empanada fue una vez conocida como la comida del trabajador. Esto se debe a que contenía una comida completa que era fácil de llevar al trabajo. En la actualidad las empanadas tienen características y condimentos distintos que dependen de la zona de origen. Por ejemplo, las empanadas salteñas están rellenas de carne cortada a cuchillo e incluyen condimentos de los Valles Calchaquíes como el comino, pimentón y ají. En cuanto las jujeñas son las más condimentadas y con diversos tipos de carne. La empanada riojana se caracteriza por freírse en grasa y tener aceitunas de la zona. La empanada santiagueña se distingue porque su cocción es en un horno de barro. La masa está hecha con grasa de pella. Y por último, las empanadas catamarqueñas se preparan con carne blanda, grasa derretida, cebolla, cebolla de verdeo, papa, huevo duro, sal, ají, pimentón, comino y pasas de uva.
Hoy hacemos parada en un obrador de Olivares especializado en empanadas argentinas. Al frente de este bonito negocio están José Antonio Méndez y Natalia Úrsula Coco, un sevillano y una argentina de Rosario que se conocieron en Sierra Nevada. José Antonio era empresario y profesor de snowboard en la Estación invernal, y ella, como instructora deportiva, fue a hacer unos cursos con la Escuela Europea de Esquí. Aquellos meses en Granada generaron el amor y la confianza para seguir adelante juntos. Cuando yo los conocí estaban trabajando en el Restaurante Torre de los Perdigones. Durante 20 años estuvieron peleando en la hostelería sevillana hasta el cierre definitivo del restaurante de la Resolana. Tocaba reinventarse, y el 8 de abril de 2021 (día mundial de la empanada) pusieron en marcha un obrador artesano con cuatro productos que Natalia conoce muy bien: Empanadas argentinas, pizzas al metro, choripán y alfajores con dulce de leche. La Argentina es un obrador tradicional que conjuga un despacho de venta y un obrador a la vista del cliente, con un espacio dedicado a más de una veintena de vinos tanto nacionales como argentinos. Un espacio con un diseño patagónico que le da todo el protagonismo al producto. Esta pareja ha estado más de un año realizando todo tipo de pruebas de masas y rellenos hasta que han dado con la fórmula perfecta para comenzar la venta al público. José Antonio y Natalia buscan diversificar su mercado, dirigiéndose en este caso al consumidor final. Para ello, han tenido en cuenta la demanda creciente de este tipo de productos, postulándose en un futuro próximo como cadena de tiendas por toda Andalucía.
Si algo caracteriza a las empanadas de La Argentina, además de la calidad de los alimentos que las conforman, es su repulgue. Natalia y Sara lo realizan de forma manual, una a una, para diferenciar cada una de ellas. Empanadas clásicas de ternera con pimiento rojo, cebolla, aceitunas verdes y huevo cocido, la de ternera picante con ají molido, la de pollo al estilo criollo, bañado en parmesano y huevo batido, la de pollo picante condimentada con ají, la empanada de atún con cebolla, mozzarella, huevo duro y ajo, la de jamón y queso, la Capresse de mozzarella con tomate natural y albahaca, una que sorprende es la de cebolla y queso, la Humita de maíz dulce con pimiento rojo, cebolla y bañado en queso y bechamel, la de espinacas y ricotta o el quiche de verduras. La unidad de empanada 2,50€, el pack de 6 uds 13,50€ y el de 12 uds 26,00€. Además, de su emblema, entre su oferta podéis encontrar pizzas al metro de jamón y queso, cuatro quesos, ternera criolla, pollo criolla, pepperoni y caprese. La porción de pizza al metro cuesta 2,50€ y el 1/2 metro 9,50€. No podemos olvidar el famoso choripán y los alfajores argentinos (dos galletas que esconden un relleno de dulce de leche). Todos estos manjares marcan el presente y el futuro de La Argentina con un objetivo claro. “La idea es llegar a más gente y que todos nos conozcan por la calidad de nuestras empanadas artesanas, su incomparable sabor y el buen servicio de nuestro personal”, culmina José Antonio. Aunque en este momento solo reparten en Olivares, Salteras, Albaida y Villanueva del Ariscal de jueves a domingo de 20 a 23,30h, la idea es ampliar con el tiempo los pedidos a domicilio.
A pesar de la incertidumbre del momento que nos ha tocado vivir, era mucha la ilusión de abrir su propio proyecto. El que estos dos jóvenes empresarios hayan elegido este tipo de negocio, no se debe solo a lo que pedía el mercado, lo que se lleva o lo que está de moda. José Antonio y Natalia se lanzaron a esta aventura gastronómica para transformar el más argentino de los productos del menú de la nostalgia en un atractivo establecimiento. Imagino que para una migrante, poder trabajar la cocina de su país le ayuda a mitigar la añoranza. Debe ser una sensación gratificante, algo así como volver un ratito a su tierra cada vez que repulga una empanada. Los productos de La Argentina se sirven en unas bonitas cajas de cartón con el sello de la casa. Para calentar en casa hay que tener en cuenta una norma: el microondas está totalmente prohibido. El horno a 180º durante 5 minutos o simplemente una sartén a fuego medio serán la solución. Rápidas, saludables y sabrosas, el reinado de las empanadas argentinas solo acaba de empezar. No dejéis de probarlas.