Calle Fernán Caballero, 6 41001 Sevilla
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Conocer nuevas culturas a través de la gastronomía es todo un placer y un privilegio que hoy en día podemos hacer de una forma habitual gracias a la cantidad de restaurantes exóticos que encontramos en nuestras ciudades. En este artículo vamos a explorar la cocina libanesa, más concretamente la que se elabora en el restaurante Beirutina, un espacio que nos acerca a una de las cocinas más valoradas por su diversidad. Una rica amalgama de sabores y técnicas culinarias únicas que definen esta rica tradición gastronómica, y que han pasado de generación en generación para continuar evolucionando en el panorama culinario moderno. Y es que la fusión de la gastronomía del Mediterráneo (Grecia y Turquía) y la cultura del aceite de oliva, junto a la influencia árabe de los países que lo rodean y su proximidad a Jordania, han influido de lleno en la cocina libanesa. Una gastronomía que se caracteriza por el uso de los productos de la huerta. Las frutas, las verduras y las hortalizas inundan sus recetas. Quizá sea ésta una de las razones por las que se la considera una de las mejores gastronomías del mundo. Su filosofía para cocinar se basa en la fusión de sabores sanos y sabrosos al mismo tiempo, partiendo de un repertorio de ingredientes variados, propios de las fértiles tierras de Oriente Medio, invadiendo de influencias el resto de la culinaria árabe y mediterránea que conocemos actualmente. No preparéis los cubiertos, pues para los libaneses el pan se encarga de esa función.
La comida callejera del Líbano ha abierto una puerta en el centro de Sevilla de la mano de Beirutina. Al frente de este hermoso proyecto encontramos a Fourat, una beirutina que junto a su marido llegaron a España hace 18 años como refugiados tras el ataque de Israel a Líbano en 2006. Arquitectos de profesión, estos dos libaneses estuvieron viviendo en Barcelona y viajando por el mundo hasta que hace 14 años recalaron en Sevilla por temas de trabajo y se enamoraron de nuestra ciudad. Fourat organizaba cenas privadas en su casa “Grenillas dinners”, cenas de seis pases donde los invitados no sabían previamente que iban a comer. Esta experiencia le ha ayudado para poner en marcha el restaurante, creando un cuidado bistró de ambiente mediterráneo, paredes descarnadas de ladrillos vistos, una bonita cocina a la vista del cliente, y un pequeño patio trasero con un hermoso olivo, por el que entra la luz exterior. Inspirado en el espíritu acogedor de las casas libanesas, Fourat ha creado un ambiente de esencia minimalista y atemporal. El espacio esta decorado con objetos sencillos, mesas con tapas de mármol y de madera maciza, sillas vintage de palillería, objetos de hierro o caballetes de pintor… con cierta estética de los cafés libaneses de los años 70´s, aquella década en la que Beirut era considerada “la ciudad más alegre y confiada del Mediterráneo oriental”. A cargo de los fogones se encuentra Muhanad, un palestino que ha llegado a Sevilla hace unos días para hacerse cargo de la cocina de la Beirutina.
Su carta, que parte de la tradición libanesa, no deja de lado lo que ya es conocido, aportando su propia reinterpretación de algunos platos típicos, comenzando por el mutabal: Humus, humus raro con remolacha, humus Beirutina con carne picada y piñones, mutabal de berenjena con pan libanés o el labné o crema de yogurt con aceitunas negras. En el apartado salata tenéis la fatush, fatush labné con crema de yogurt, fatush con queso halloumi o el tabulé. Fattés clásica, fatté de berenjena asada, ras asfour de carne picada y piñones, con varias guarniciones de patatas caseras al tomillo, batata harra o extra de pan libanés. El local de la calle Fernán Caballero cuenta con un horno para cocinar manushés, una receta tradicional y profundamente mediterránea, imprescindible en el país de los cedros, que recuerda a la pizza, pero que no lo es exactamente. En realidad, la manushé es muy anterior y difiere en varios aspectos. Por ejemplo, se hace en un horno distinto, que tiene el suelo metálico, para que la cocción sea más rápida. En el Líbano es comida rápida, se toma por la calle, sobre todo para desayunar. Eso sí, es una ‘fast food’ mediterránea. Por lo tanto, sana. Podéis probar la Manushe zaatar, Akkawi, Halloumi, kafta, shawerma pollo, olivos, o el Saruj, que es una degustación de 5 sabores para compartir. Para degustar tienen un surtido diario de empanadas. Bandejas brunch como la Beirutina con manushe zaatar, Sabah con queso, tomates y pepinillos, Fayruz con manushe kafta o la bandeja Asmahan con shawerma de pollo, la Salam con lahmbajin picada de carne, Wassouf con barquito de pollo y huevo, Mahara de halloumi al horno o la bandeja Um de tartar de berenjena. De postre, fondant de la casa de chocolate intenso, nueces y pétalos de rosa o el knefek Beirutina, postre barista de helado de vainilla con espresso de Etiopía o tarta de queso libanesa con sémola y almíbar de azahar. Para beber tenéis limonada libanesa, Ayran, varios tipos de cerveza y vinos por copa como Can Estruc Xarel Lo, Javier Sanz o Massaya, un tinto libanés. Podéis cerrar la comida con un Café Blanc Libanés, una aromática infusión de azahar y miel. Nuestra comida para tres, 58,60€.
Reunirse alrededor de la mesa y compartir la comida en el Líbano, es motivo de celebración, al igual que en España. Fourat siempre había querido abrir su propio restaurante y al mudarse a Sevilla decidio que su proyecto de restauración debía comenzar aquí, creando un concepto de gastronomía distinto al habitual, con una carta que es “como si te invitásemos a comer a nuestra casa de Beirut”. Dice Fourat que Beirutina es el primer espacio “zaatarista libanés” de Sevilla, un homenaje a la cultura y la tradición gastronómica de un hermoso país muy parecido a la Región de Murcia, tanto en clima, superficie, así como en las peculiaridades sociales y gastronómicas que caracterizan los países que se asoman al Mediterráneo. No obstante, Líbano es una tierra acostumbrada al derrame, al sufrimiento, mucho ha sido lo que han soportado, pero siguen, y seguirán en pie. Por eso, dejando a un lado estos relatos puramente hedonistas, quiero mostrar mi solidaridad para con el pueblo libanés y palestino. Esperemos que triunfe la cordura y puedan vivir en paz. Gracias por vuestra hospitalidad.