Calle Santas Patronas, 1 41001 Sevilla
Es cierto que el brunch, esa mezcla entre desayuno y almuerzo que ha conquistado muchas ciudades del mundo, ya tiene su hueco en la cultura sevillana. Sin embargo, la transición del tradicional desayuno andaluz al concepto de brunch no es algo tan inmediato para los sevillanos, y las razones de esta resistencia cultural tienen que ver con varias particularidades gastronómicas y de estilo de vida que definen a la ciudad. En primer lugar, Sevilla es una ciudad que tiene una tradición culinaria profundamente arraigada en los horarios y las costumbres. Aquí, el desayuno se suele componer de algo ligero, como un café con leche y un pan con aceite, o bien un dulce o tostadas con tomate y jamón. La comida principal, sin embargo, suele llegar mucho más tarde, generalmente alrededor de las 2 o 3 de la tarde, con un almuerzo copioso que es el eje de la jornada. Después, la cena es más ligera, pero siempre tarde, alrededor de las 9 o 10 de la noche. Por lo tanto, el concepto de comer platos tan elaborados como huevos benedictinos a las 12 del mediodía, que es lo que el brunch implica, puede parecer desconcertante para alguien acostumbrado a una rutina más estructurada en cuanto a las horas de las comidas. Este tipo de eventos suelen ser más comunes en ambientes urbanos, cosmopolitas, o en lugares con una gran influencia internacional. Sevilla, a pesar de ser una ciudad vibrante y abierta, sigue manteniendo una fuerte conexión con sus tradiciones culinarias, y los sevillanos, en general, prefieren comer en horarios más establecidos que no encajan del todo con esta costumbre anglosajona. Otro factor relevante es el tema de los sabores. El brunch, con sus mezclas de sabores dulces y salados, como los pancakes con frutas y sirope, puede resultar un tanto ajeno para quienes están más acostumbrados a la sencillez de la cocina andaluza. Por eso, un avocado toast con huevo poché a mediodía puede chocar con nuestra rutina gastronómica.
Hoy nos acercamos a Brunchit, un establecimiento especializado en brunch que acaba de abrir su decimotercer restaurante en el centro de Sevilla, marcando su primera incursión en la ciudad y consolidando así su presencia en las principales ciudades del país. Nacida en 2015 y con origen en Málaga, la cadena sigue ampliando su presencia en España, con un imparable plan de crecimiento. Su apertura en Sevilla consolida a Brunchit como un referente para los fanáticos del brunch de nuestra provincia. Ubicado en el último tramo de la calle Santas Patronas, junto a la avenida Reyes Católicos, este es el decimotercer local de la cadena en España. Esta inauguración fortalece su implantación, completando las aperturas ya existentes en ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga o Ibiza. El restaurante, con una superficie de 120 m² y capacidad para unas 50 personas, ofrece una atmósfera moderna y acogedora, destacándose por un diseño donde prevalece la madera, la cerámica y el mármol. Además, cuenta con una terraza exterior ideal para disfrutar del buen tiempo. Grandes cristaleras a Santas Patronas llenan de luz un interior con una decoración que se integra perfectamente con la propuesta, donde las flores se mantienen como un elemento clave, mientras que los tonos pastel dominan el ambiente. La idea central se puede definir como “minimalismo ecléctico”, con líneas suaves, colores delicados y luces que destacan, creando un espacio lleno de detalles encantadores. Es imposible visitar Brunchit sin dejar de tomar una foto de la fachada o de los platos y bebidas. El servicio es agradable, aunque algo seco y distante.
El menú es variado y está pensado para todos los gustos, con opciones que incluyen desde tostadas y hotcakes, hasta ensaladas frescas y platos veganos. Brunchit también se destaca por su café especializado, elaborado en colaboración con la reconocida marca La Marzocco. La carta comienza con los Hotcakes: Choco Hotcakes 15€ o los innovadores Red Vegan Hotcakes 14€. Si tenéis preferencia por algo salado, los Salty Hotcakes o el delicioso American Gofre 16€ serán la opción ideal para vuestro paladar. Si buscáis algo ligero pero vibrante, no os perdáis opciones frescas como el Happy Bowl, el energético Açai Lovers 12€ o la combinación perfecta de aguacate con el Original Avo 12€ y el delicioso Avo Feast 13,50€. Para los amantes de los huevos, ofrecen un toque especial con los Cilbir Eggs 14€, Eggcelent 16,50€ y Eggs Porn 15€, con preparaciones que os sorprenderán. Y para algo más clásico, el Benedict’s Green es una estupenda opción. Finalmente, para quienes disfrutan de platos más contundentes, las burgers y sándwiches son una delicia, como el sabroso Burger Petit 9€, el Dirty Burger 14€, el innovador Magic Sandwich 16€ o el delicioso Ibérico Superstar 15€. Cada plato está diseñado para que disfrutéis de una experiencia gastronómica completa, rica en sabor, color y calidad. Tés, milkshakes, eco juices o cócteles, acompañan la propuesta culinaria. La comida es abundante y bien de precio para lo que llega a la mesa.
Brunchit no tiene entre sus opciones tostadas clásicas. En cuanto las pides, te sugieren ir a otro bar, como si les molestara que las solicitaras. Ya sé que existen otros bares con tostadas clásicas cerca de este establecimiento, como me indicaba el camarero, pero o le sobra información o pretende que me vaya por el solo hecho de preguntar. Sé que es parte de su política, pero me pregunto si no sería una buena idea ofrecer tostadas de toda la vida para atraer a un mayor número de clientes. ¿O tal vez no les interese atraer al tipo de cliente sevillano más tradicional? Ahí dejo la pregunta. En resumen, aunque el brunch está empezando a ganar terreno en la capital andaluza, la transición a esta costumbre no es tan sencilla. Personalmente, me sigue costando comerme una tortilla de tres huevos con queso, ensalada y virutas de jamón a las 12 del mediodía. Los sevillanos, fieles a nuestro ritmo y a nuestro paladar, continuamos prefiriendo un desayuno más ligado a la tradición y horarios establecidos. Pero, como todo fenómeno social, con el tiempo y la adaptación, es posible que el brunch termine por integrarse más en la cultura local, sin que el estómago de los sevillanos deje de sorprenderse.
