Calle José de Velilla, 7, 41001 Sevilla
Teléfono: 954 56 42 52
Hoy nos acercamos a conocer uno de los establecimientos más emblemáticos de nuestra ciudad, un lugar que representa la esencia más genuina de su historia y su gente. Se trata de uno de esos bares tradicionales que encarnan la autenticidad en su máxima expresión, lugares donde la historia y la cotidianidad se entrelazan de manera natural. En estos locales, no hay espacio para las tendencias ajenas a la tradición local. El servicio es directo y sin artificios, condicionado únicamente por el ánimo del día. Aquí, la naturalidad prevalece sobre cualquier intento de impostura. La Flor de mi Viña es uno de esos establecimiento icónicos de Sevilla, con una trayectoria que se remonta a 1968, cuando fue fundada por Alfonso Hijón y Visitación García. Antes de este emprendimiento, la pareja ya había estado involucrada en el sector de la hostelería con el bar La Viña en La Magdalena. Tras el fallecimiento de Alfonso en 1992, sus hijos asumieron la dirección del negocio. En la actualidad, tres de ellos, Bonifacio, Bibiano y Curro, continúan la tradición familiar, consolidando el local como un referente gastronómico de la ciudad.
Uno de los aspectos que distingue a este local es la relación cercana que los hermanos Hijón mantienen con sus clientes. El conocimiento detallado de las preferencias de su público habitual es una seña de identidad, especialmente en el servicio de desayunos, donde los camareros pueden anticiparse a los pedidos sin necesidad de que los clientes los expresen. Esta atención personalizada, sumada a la calidad de la materia prima utilizada en sus platos, contribuye a la constante afluencia de comensales que buscan una experiencia gastronómica auténtica. A lo largo de sus más de 50 años de historia, La Flor de mi Viña ha sido un espacio donde se han generado tertulias sobre diversos temas, desde el fútbol hasta la política, siempre en un ambiente de camaradería. La tradición de estos encuentros ha consolidado el bar como un punto de reunión para los sevillanos, donde se respira la esencia de la Sevilla más auténtica.
Situado en la calle José de Velilla, este establecimiento mantiene una estructura clásica, con una barra de diseño tradicional y un comedor de estilo más moderno. La taberna es reconocida por su cocina casera y su ambiente acogedor, donde el trato cercano y familiar es una de sus principales características. La carta del local ofrece una amplia variedad de platos, con especialidades que han perdurado a lo largo del tiempo, como la ensaladilla con melva (4,00 €), los pimientos asados con melva (4,00 €), los huevos rellenos (4,00€) y el pulpo a la gallega (4,50 €). Los guisos incluyen menudo de ternera (4,00 €), carrillada (4,50 €), higaditos de pollo (4,00€), albóndigas de cerdo (4,00€) o cola de toro (12,00 €), entre otros. A la plancha, se pueden encontrar platos como pechuga de pollo (5,00 €), chipirón (4,50 €), ventresca de atún (4,50 €) o presa ibérica (15,00 €). Entre las chacinas, hay salchichón ibérico (3,90 €) y jamón de bellota (6,00 €). En frituras a la sevillana, se incluyen boquerones, acedias, huevas fritas o puntillitas (4,50 €). También hay especialidades como almejas al gusto (18,00 €) y solomillo de ternera (24,00 €). Los postres cuestan entre 5,00 € y 6,00 €, con opciones como tarta tres chocolates, flan de huevo y mousse de limón. Además, los jueves se sirve San Jacobo ibérico y los sábados la paella de Velilla.
El papel de Carmen Ortega, cocinera del establecimiento desde hace más de dos décadas, ha sido fundamental en la consolidación de la calidad gastronómica del bar. Gracias a su dedicación y experiencia, los guisos tradicionales mantienen su esencia. Esta autenticidad culinaria ha permitido a La Flor de mi Viña resistir la tendencia de los gastrobares, manteniendo su compromiso con la cocina tradicional y con una clientela fiel. El reconocimiento de esta taberna no solo se debe a la calidad de su cocina y su atención al cliente, sino también a su compromiso con la tradición y la identidad de la ciudad, de hecho se les hizo entrega de una placa cerámica en honor a sus 55 años de historia, un tributo a la dedicación de la familia Hijón y a su contribución a la cultura gastronómica sevillana. Con un modelo de atención basado en la profesionalidad y la calidez, La Flor de mi Viña se ha convertido en un referente de la hostelería local, demostrando que la autenticidad y la pasión por el oficio siguen siendo clave en el éxito de un negocio.