Calle Julio César, 12, 41001 Sevilla
Teléfono: 691 30 41 31
El Casco Antiguo es el kilómetro cero histórico y emocional de Sevilla, su primer barrio, y por ello constituye un destino prioritario para visitantes de uno y otro confín. En sus calles originales y aledañas, se reparten reclamos imprescindibles como la Catedral y la Giralda, el Real Alcázar o la Torre del Oro. También hitos como el Archivo de Indias o símbolos como el Puente de Triana. Mucho que ver, mucho que caminar, y no pocos bares y restaurantes para tomar un simple tentempié o darse un homenaje en toda regla. Sevilla se mueve a ritmo gastro, con restaurantes para todos los gustos. Espacios donde podréis disfrutar de un festín, haciendo una oda al producto o probando las notas exóticas que resultan de la fusión andaluza con otras culturas gastronómicas. Hoy os traemos uno de esos locales en boga no solo por su cocina, sino también por su ambiente y estilo. Un establecimiento donde además, se come rico. Un reto tan aparentemente elemental como complejo. De eso va este restaurante que acaba de ponerse en marcha en la calle Julio César. Un proyecto a cargo de Carmen Granados (Jefa de sala) y Lorena Cabezón (Chef), una jerezana y una sevillana que estudiaron en la Taberna de Alabardero, con practicas posteriores en el extranjero y el norte de España, que hace dos años decidieron abrir un Augurio en Punta Umbría, donde comenzaron como empresarias hosteleras. Pero su proyecto de futuro siempre paso por regresar a su ciudad natal. Estas emprendedoras forman un equipo perfecto que ha conseguido establecer un diálogo espacial y armónico entre lo tradicional y lo moderno, la costa y el interior, con delicados matices y vistosas presentaciones.
Su entrada ya te invita a pensar en una experiencia diferente, singular. Y la realidad no defrauda. Tanto en su decoración como en su cocina, cada metro y cada ingrediente tienen un sentido, un porqué. Dieron con un local que antes ocupaba una pequeña pizzería, y tras una gran reforma, han adaptado el espacio al nuevo uso, con una capacidad para unos 50 comensales. Un emplazamiento donde la cercanía al centro, el paso de numerosos visitantes, los hermosos naranjos y su pequeña terraza, lo convierten en un espacio ideal para disfrutar de una agradable velada. La decoración proyectada por la Latcla Estudio Creativo es cuidada y elegante, combinando materiales como la madera, la piedra y el metal, una fórmula ganadora para crear un estilo cautivador por su belleza y calidez natural, con una estética actual y un punto sofisticado. Un trabajo 100% personalizado, donde desde los sillones, a las tapas de mármol verde de las mesas, están hechas a medida. La sala mezcla colores claros con verdes, a juego con su logotipo, con acabados en dorado de las lámparas de plato del techo y la original composición de seis apliques (dos de alabastro, una de cerámica y tres de paja natural), con base de acero oro mate y bombillas decorativas, que las convierten en un verdadero mural artístico sobre la pared, añadiendo carácter al diseño y brindando mayor protagonismo al espacio. Al fondo una pequeña barra de servicio donde Miguel prepara las copas para la sala, con la cocina detrás abierta al comedor. La aproximación al cliente es eficaz, segura y moderna.
Augurio Sevilla apuesta por versionar la cocina tradicional aportando buenas dosis de esparcimiento, con propuestas que se ordenan alrededor de una pequeña carta de elaboraciones bajo epígrafes tan sugerentes como “Con la manos” con las tostas de anchoas 00 y mantequilla de queso azul 3,50€ o la de sardina marinada con salmorejo 3,70€, taco de pez mantequilla con guacamole 4,80€, una sabrosa bombita de stek tartar con mayonesa de trufa 9,20€ o el pan de cristal con solomillo al whisky y patatas (mantecaito) 7,50€. Carmen nos trae para comenzar dos Aoves extremeños, Oppida y Vida Serena, de Monterrubio de la Serena, acompañados de pan de la Esencia. “Con buen Augurio” incluye una ensaladilla de centolla 5,50€, croquetas melosas de carrillada 6,40€, salmón con leche de tigre y ají amarillo y crema de guisantes 13,50€, ensalada templada de papada ibérica y parmesano 7,50€ o foie gras de pato con reducción de vino de naranja 18,00€. Pero a la tradición también se le da una vuelta con lo visto y aprendido por otros lares, como el ramen de pescado, pak choi y fideos 11,90€, un exquisito pulpo braseado con ñoquis y salsa de chorizo 17,95€ o pescado de mercado al pilpil 7,00€/100gr. Carnes como el canelón de pollo de corral 16,80€, Solomillo de vaca 9,00€/100gr, cordero glaseado 7,00€/100gr. “Oda al atún rojo de Almadraba” de Petaca Chico, con cinco elaboraciones diferentes de atún: tosta de tartar 12,00€, tartar de atún rojo 22,00€, trípticos de crudos 24,00€, ventresca braseada con romesco 28,00€ o el taco de maíz con atún encebollado 6,20€. Para terminar tarta de queso horneada y fruta de temporada encurtida 7,50€, Fruta de temporada en almíbar casero, natilla de limón, yogurt, crumble y menta 6,50€ o la tartaleta de ganache de chocolate 7,50€. Una bodega a la que pretenden ir añadiendo referencias poco conocidas, aunque también trabajan con vinos del Marco de Jerez. Elegimos un DO Montilla-Moriles; Dulas. Un Cabernet Sauvignon de Lagar de la Salud, perfumado y con un paladar seductor.
Hay cocinas que pese a que están bien articuladas, caen pronto en la desidia y la monotonía. Sin embargo, Augurio implementa unos platos llenos de matices, donde los ingredientes se conjugan con armonía. Una cocina de mercado, en la que se saca partido al producto con el empleo de la técnica más adecuada en cada caso, como el uso del kamado, con el que dan un punto oriental a sus creaciones. En Augurio se huye de todo lo que huele a excesiva formalidad. Lo que se elabora en la cocina que dirige Lorena es solo parte de «una experiencia que consiste en pasar un buen rato con los amigos» y que tiene en este céntrico restaurante de la capital un espacio magnífico para ello, porque el ambiente que se genera aquí invita a aislarse de todo lo que sucede fuera. En definitiva, Augurio Sevilla es un establecimiento para vivir una gastronomía de producto, repleta de sabores, auténtica y creada para ser disfrutada a cualquier hora del día, desde la sencillez y de una cocina que no pasa de moda. Como cantan las famosas sevillanas de los Romeros de la Puebla, estas dos profesionales han conseguido fundir los mejor de los mundos, Sevilla y Huelva a la vez. Una grata sorpresa, con un ticket medio de 50 euros por persona. Gracias a Carmen y Lorena por su paciencia y hospitalidad.