Calle Alfonso XI, 12, 41005 Sevilla
Teléfono: 642 63 34 48
La diferenciación de la competencia es importante en todas las actividades, pero especialmente en la hostelería, un sector con una gran oferta en nuestra ciudad, que debe enfrentarse a un cliente cada vez más exigente. Una de las fórmulas para establecer esa diferencia es apostar por una marca personal que acompañe al cliente en toda su experiencia. Pero ¿Cómo se llega a crear una marca personal? En primer lugar es imprescindible lograr un equipo que comparta los valores de la empresa; el producto ha de ser de calidad, pero además dotarlo de personalidad y, por último, hay que trabajar la experiencia, despertando sensaciones que aporten valor al cliente. La fidelidad al concepto y los valores originales deben ser la enseña del negocio, estando presente en todos los criterios. Pocos negocios en Sevilla poseen una marca personal tan asentada como Casa Aldana. Más de siete décadas avalan este establecimiento que sigue siendo referencia en el distrito Nervión. Y es que los años han consolidando su nombre convirtiéndolo en un sinónimo de calidad hostelera sevillana.
Esta familia se ha criado entre barriles de cerveza y raciones de jamón. Su historia es la de un linaje con una determinación inquebrantable y un potente afán por agradar a sus clientes. Manuel Aldana creó un legado en la Capital Hispalense que ha perdurado en el tiempo y está siendo preservado por su hijo y su nieto. Conocidos por su trato cercano, su dedicación y sus maneras resolutivas, Casa Aldana se ha ganado el cariño y el respeto de sus parroquianos. José Manuel Aldana es el actual gerente de una empresa que fundó su abuelo Manuel en 1952, en la calle Cardenal Rodrigo de Castro, en Ciudad Jardín. Era una pequeña taberna donde su hijo Manuel comenzó a trabajar a los 12 años, hasta que se hizo adulto, dedicándose por completo al negocio familiar. De él fue la idea de introducir la chacina y las gambas, algo que marcó un punto de inflexión, hasta convertirse en la especialidad del negocio y lo más consumido por los clientes en general. Hoy en día la carta es bastante amplia, pero antiguamente lo típico era pedir una bandeja de paleta ibérica y una ración de gambas. Años después el negocio se trasladó a la calle Alfonso XI en el mismo barrio de Ciudad Jardín, ubicación que mantiene hasta el día de hoy. José Manuel comenzó a trabajar en el negocio hace 13 años, alternando sus estudios con el trabajo en el bar. Cuando finalizó su formación, decidió ocuparse de lleno a la empresa. Actualmente Manuel y su hijo trabajan juntos, pero desde el 2022 es José quien gestiona Casa Aldana. Desde que se puso al frente, este joven hostelero ha remozado completamente la estética del local, reformando la cocina y la sala principal.
Casa Aldana es un espacio de corte clásico, con una gran terraza a la entrada, con sillas hasta en el acerado, y un bonito salón diáfano lleno de fotos históricas de la Sed y la Milagrosa, las dos vírgenes del barrio. Tras cruzar la terraza repleta de clientes, nos encontramos una barra con bancos altos. Un buen número de camareros se afanan en sacar las comandas de la enorme cantidad de vecinos que se congregan en este local, incluso entre semana. Y es que en Casa Aldana hay algo que llama la atención y que lo diferencia de gran parte de los bares sevillanos. Aquí no se hacen reservas. Para sentaros tenéis que apuntaros en una pizarra y esperar a que os toque para coger la mesa. Una práctica que dificulta el que alguien de fuera, que no sea del barrio, se arriesgue a conocer el negocio sin tener mesa asegurada. Por otra parte impide que se les quede una mesa vacía, algo que con los precios de su carta es imprescindible a la hora de rentabilizar el negocio. Aquí la despensa andaluza y el recetario tradicional “con identidad” son los protagonistas. La estrella de la casa son las chacinas de Guijuelo, que se pueden tomar por tapas. Tienen también tapas frías como la ensaladilla de atún 2,80€, papas aliñas con melva 2,80€ o sus famosas gambas cocidas 11,50€/200gr. Entre las sugerencias encontramos los langostinos al ajillo con jamón, gambas de cristal con huevo frito y pimientos asados, alcachofas con langostinos, bacalao dorado, huevos rotos con jamón 8,00€, presa ibérica 11,50€, pulpo a la gallega 12,50€ o lomo alto de novillo argentino 16,00€. Guisos caseros como el sabroso menudo 2,90€, carrillada ibérica 3,00€, espinacas con garbanzos 2,80€ o atún encebollado. A la plancha, su famoso lagarto ibérico al ajo 3,00€, champiñones con salsa verde y jamón 2,80€, solomillo al whisky, roquefort o mojo 2,90€ o la merluza en salsa verde 4,20€. Fritos como los chocos, bacalao, croquetas caseras, cazón en adobo, tortillas y pavías de bacalao o la lubina empanada 3,00€. De postre tarta de chocolate, de queso, tarta de tocino de cielo, flan o pionono.
Conservar hoy es preservar, proteger, restaurar, poner en valor. Tenemos la suerte de vivir en una ciudad con un rico patrimonio hostelero. También la de contar con negocios y profesionales con conocimiento y voluntad de mimarlo. Casa Aldana inspira a sus clientes a decir cosas como “Años y más años comiendo con vosotros y no me canso. Sois una referencia en el buen comer. Y de los empleados, que decir, geniales. No cambiéis nunca”. Después de una reseña así, poco más podemos añadir. Ya estáis tardando en ir a conocerlos. Gracias a la familia Aldana por conservar este estupendo rincón del buen comer sevillano y gracias a José Manuel por su hospitalidad.