Plaza Cristo de Burgos, 23 41003 Sevilla
Teléfono: 854 64 65 52
El destino a veces pone oportunidades en bandeja, y eso fue exactamente lo que ocurrió cuando este bar del centro de Sevilla estaba a punto de cerrar. Cándido Leal e Ignacio González de la Serna, vecinos del barrio y propietarios de Habanero Kiosco, en Bermejales, y de Maharana, en Mairena del Aljarafe, vieron en ello una ocasión única para dar vida a un nuevo proyecto gastronómico. Su visión ha sido la de crear un lugar que combine la esencia del tapeo andaluz con una carta versátil y sofisticada. Así nació Barra Fina, la evolución del antiguo Bache San Pedro, el proyecto de Álex Alcántara, un mediático chef gaditano que volvió a su tierra para montar Beduino en la Playa de la Victoria. Barra Fina se presenta como una propuesta gastronómica que reinterpreta el concepto clásico de tapas y raciones, fusionando la tradición sevillana con influencias internacionales. Este establecimiento destaca por su apuesta por la calidad de los ingredientes, un servicio atento y un entorno acogedor que combina un interior elegante con una terraza ideal para disfrutar del ambiente de la ciudad. Barra Fina es un referente gastronómico donde la sofisticación y el sabor se encuentran en cada bocado. Su propuesta combina una cuidada selección de tapas elaboradas con ingredientes frescos y de primera calidad, todo ello en un ambiente acogedor. Con un servicio impecable y una carta que apuesta por la excelencia, este espacio invita a disfrutar de una experiencia culinaria en la que la gastronomía y la hospitalidad se unen para crear momentos memorables.
El local conserva la esencia del Bache con una decoración que combina elegancia y calidez. Su diseño contemporáneo destaca por el uso de azulejos hidráulicos con motivos arabescos y geométricos, que aportan un aire vibrante y acogedor al espacio. Las paredes en tonos azul oscuro contrastan con los detalles en madera y los ventanales enmarcados, creando un ambiente sofisticado pero relajado. La iluminación juega un papel clave, con lámparas de pared de estilo industrial que resaltan la textura de los materiales y generan una atmósfera íntima. El mobiliario se adapta a diferentes tipos de experiencias: mesas altas con taburetes para un picoteo informal, mesas bajas con sillas de diseño ergonómico para una comida más relajada y una barra de madera que invita a disfrutar de una copa o un aperitivo. En total, el espacio cuenta con una veintena de mesas en distintos formatos, ofreciendo opciones tanto para grupos como para parejas o visitantes en solitario. En el exterior, una amplia terraza con vistas a la Plaza Cristo de Burgos, permite disfrutar del buen clima de la ciudad en un entorno cómodo y atractivo. Nos reciben con hospitalidad los Javieres, uno jefe de cocina y el otro encargado de sala, dos profesionales que trabajaban en el anterior local.
Su carta ofrece una amplia variedad de opciones para todos los gustos, desde embutidos y quesos hasta platos más elaborados, fritos y postres caseros. En la sección de chacinas y quesos, destacan el plato de salchichón ibérico 100% (7,5€), la caña de lomo ibérico (17,5€) y la tabla de quesos variados (4€). También hay opciones como el queso andazul (3,5€) y el queso Gálvez (4€), ideales para los amantes del queso. En los fríos y salazones, se pueden encontrar tapas como la gilda (2,5€), la anchoa sobre tosta con crema de ricota y naranja (3€) y el plato de mojama (9€), además de ensaladillas de gambas (3,5€) y papas aliñás con melva (4,5€). Para quienes prefieren los fritos, hay clásicos como las patatas bravas (3,5€ la tapa, 6,5€ el plato) y las lágrimas de pollo con salsa de yogur y chipotle (4,5€ la tapa, 9€ el plato), además de croquetas de puchero (10€ por cuatro unidades) y boquerones con emulsión de piparra (10€). Platos elaborados como los huevos rotos con langostinos al ajillo (8,5€), las alcachofas salteadas con hummus de pimientos asados y espinacas baby (12,5€), la corvina asada con verduritas salteadas y salsa agridulce (11,5€) o las almejas en salsa de curry verde (11,5€). También hay opciones con carne, como la tapa de carrilleras de cerdo ibérico con puré de cítricos (7,5€), el canelón de pollo y puerro con bechamel trufada y almendras (9,5€) y el lagartito ibérico al mojo picón (14€). Para quienes buscan un plato más contundente, la chuleta de ternera (500 g) con papas arrugadas y pimientos fritos (30€). Variedad de bocadillos y entrepanes, como el taco de torreznos con guacamole (5€), el brioche de sardinas y mayo chili (5,5€), el pan bao de carne (5,5€) y la hamburguesa de ternera con bacon crujiente, cheddar, BBQ y mayo truffle (6,5€). Para finalizar con un toque dulce, se ofrecen postres caseros como la torrija con toffee y helado de nata (7,8€), la tarta de queso (7€), el brownie con helado de pistacho (7,8€) y el coulant de chocolate con galleta Lotus y helado (8€).
Además de su propuesta culinaria, Barra Fina se distingue por su firme compromiso con la cultura, albergando una variada programación de eventos y exposiciones que animan el local durante los fines de semana. Estas iniciativas forman parte de una serie de actividades culturales que el establecimiento organiza con regularidad, consolidándose así no sólo como un referente en la gastronomía sevillana, sino también como un espacio dinamizador del arte en la ciudad. En este sentido, Barra Fina renueva y celebra la tradición, fusionando la esencia de la cocina andaluza con propuestas innovadoras. Este es un lugar en el que cada plato se convierte en una agradable experiencia y cada rincón refleja armonía, invitando a los comensales a sumergirse en un ambiente enriquecedor y vibrante. Estupenda opción si andáis por el centro durante esta ansiada primavera.