Plaza de Pumarejo, 2, 41003 Sevilla
Teléfono: 955 41 72 99
Existe un inmenso patrimonio sevillano que conforman bares, bodegas, tascas y tabernas que rezuman clasicismo entre sus paredes y tradición en su sabor, y que poco a poco se va diluyendo en nuevos formatos hosteleros no necesariamente peores. Historia viva de Sevilla que resiste entre azulejos, barriles, tapas sabrosas y ristras de ajos y jamones colgados. Se reparten entre las calles más céntricas y otros barrios como La Macarena o la Alameda. Son los rincones favoritos de muchos sevillanos y la mejor opción para turistas. En la populosa Plaza de Pumarejo se esconde uno de esos rincones que guarda la esencia de las bodegas con solera en las que importa el contenido y el continente. Casa Macareno es un espacio perfecto para el disfrute de sevillanos y turistas ofreciendo tradición y una buena combinación calidad-precio y calidez. Además de destacar por la decoración añeja y la atención de los camareros, esta bodega reivindica el buen vermú y los vinos generosos, creando un sitio infalible para saciar el apetito con un variado de tapas típicas, ibéricos o guisos caseros. A pesar de tener un toque bohemio, en su barra y en sus paredes se mantiene el clasicismo y el buen gusto de lo antiguo.
Estamos en un barrio selecto a la hora de ofrecer bares auténticos, aquellos a los que suelen ir sobre todo los que son de la ciudad. Con una ubicación privilegiada, Casa Macareno esta envuelto del aroma antiguo de este histórico barrio, ofreciendo uno de esos conceptos de hostelería tradicional con tapas de toda la vida y barriles de cerveza bien fresquitos. La decoración conserva el autentico ambiente tabernero. Tiene varios veladores con mesas altas tanto en la entrada como en la zona junto a la barra de roble. Al fondo se ubican varias mesas bajas para quienes quieran comer sentados. También tienen una terraza en la Plaza del Pumarejo con nueve mesas. Azulejos sevillanos, paredes descarnadas que dejan ver el ladrillo original, cuadros coloristas o carteles de las Fiestas de Primavera, espejos y antigüedades e incluso una báscula de techo, completan una decoración diseñada por los propios dueños en colaboración con Decero Interiorismo. Al frente del proyecto están el experimentado hostelero José Manuel Leirós (Jota), propietario de Lola por Dios, La champanería de Feria o La Chalá, junto al empresario Manuel Díaz, que recuperan así una antigua tienda de ultramarinos que llevaba cerrada desde el 87. Dice Jota que “la idea era la de parecer un tabanco con un toque marinero, con su misma esencia pero con una actitud refrescada”.
Su propuesta gastronómica se asienta en productos de calidad como el buen marisco, chacinas y guisos como la berza jerezana, albóndigas de choco en su tinta, sopa de marisco, sopa de galeras o marmitaco, acompañados de vinos generosos y vermú de grifo. Jamón ibérico de bellota, chicharrón casero, cecina ahumada y chorizo picante de León, butifarra negra catalana, salchichón de Guijuelo, morcilla patatera extremeña o sobrasada mallorquina. Mariscos como gambas blancas y alistados, langostino tigre, patas de cangrejo o pulpo. Tapas como la ensaladilla de chicharrones, tomate rosa clásico, anchoas 0.0 en mantequilla, atún semicurado, paté de pato, tortillitas de gamba de leche, papas aliñás “Maripili” con bonito, empanadillas “Labra” de carne de retinto o croquetas de gambas al ajillo. Montaditos Silvio (pringá de cocido casera), Tarifa (atún ahumado y tomate) o Pumarejo (bacon y crema de castaña). Al igual que en su quesería de la calle Conde de Torrejón, Jota apuesta por los buenos quesos como el curado de Toledo, azul de oveja o la torta de los Barros, entre muchos otros. De postre tenéis dos grandes clásicos: polea con picatostes y torrija. Casa Macareno está especializada en vinos generosos, algunos a granel, e incluso cuenta con un vermú de Jerez que se sirve en grifo. Vinos de Jerez y Sanlúcar a granel: palo cortao, amontillado, oloroso, fino y manzanilla en rama. También tienen vino de quina. Picoteo tradicional con mucho y bueno donde elegir.
Sevilla es una de esas ciudades en la que la vida se hace en la calle. La ciudad invita al ocio, a pasearla y a vivirla. El Pumarejo sigue siendo una de las zonas más auténticas y genuinas de la capital. Un lugar, sin mezclas, sin importaciones. Y aunque de las mezclas casi siempre se obtienen cosas buenas, a veces es bonito volver a saborear lo auténtico, lo que permanece. Algo cada vez más complicado en Sevilla, en tiempos de cambio constante, gentrificación y reinvenciones. Pero en lo gastronómico, todavía es posible visitar algunos bares y tabernas auténticos. Burbujas en las que las palabras “quinoa” o “bayas de goji” carecen de sentido y donde los únicos superalimentos conocidos son los montaditos de pringá. Sitios que guardan un peculiar encanto y en los que merece la pena dejarse caer para tomar una caña, un vermú o un vino de Jerez. Casa Macareno homenajea con acierto esos estandartes del ocio sevillano más tradicional. Un lugar de reciente apertura donde la tradición gastronómica y la nostalgia nos hacen imaginar escenas de otros tiempos.