Un lugar de recreo y delicias

Ocho kilómetros de arenas blancas y finas, un mar limpio y azul, y sus completos servicios, han hecho que cuente con los galardones más prestigiosos. Sus salinas y pinares, de alto valor ecológico, y sus puestas de sol son una auténtica maravilla de la naturaleza. La historia de Chiclana comienza en la época fenicia y tiene como principal exponente el Yacimiento de El Castillo. Un rico y variado patrimonio cultural, que podéis disfrutar visitando también sus iglesias y sus museos. Algo muy destacable en esta hermosa ciudad costera es su rica y variadísima gastronomía. Recorrer su Mercado, siempre lleno de vida, donde destacan sus productos hortícolas, sus mariscos, sus pescados de «estero» y sus embutidos, como la butifarra, y los chicharrones, es una actividad obligada si habéis elegido Chiclana como destino para vuestras vacaciones. “La villa de Chiclana ha sido siempre el desahogo y quitapesares de los vecinos ricos de Cádiz». Y es que definitivamente Chiclana está de moda y eso se nota en la afluencia de turistas que cada año, en mayor número, llenan sus playas, hoteles y negocios de hostelería. Este año nos tocaba playa, porque hemos decidido que cada uno de la familia elija un destino de vacaciones y en esta ocasión le tocaba a mi mujer, y eso significa “Playa”. A mí me gusta la playa, pero para sentarme en el chiringuito, con la arena no me llevo muy bien, “la arena es burda, áspera, irritante y se mete en todas partes”, y en Chiclana hay arena para “jartarse”, y chiringuitos también, aunque la mayoría a precios desorbitados, por lo que la gente de la zona se acerca poco a ellos. Comer en estos establecimientos (y más este año) para una familia, es un verdadero lujo.

Hoy, al escribir esto, se publicaba en la Voz de Cádiz un artículo que hace referencia a la enorme subida de los precios durante este verano en la provincia de Cádiz “Afrontamos el verano con la mayor subida de precios de los últimos tiempos y la Costa de la Luz, junto con algunas localidades de la Costa del Sol, son de las zonas más caras para pasar las vacaciones. La hostelería ha incrementado enormemente sus tarifas. Esto se debe, sobre todo, a que el gasto de las familias ha cambiado en los últimos años y se ha producido un vuelco total en cómo nos gastamos el dinero, reduciendo el gasto en alimentación y aumentándolo en ocio”. Por eso todo hacía presagiar que los precios de estas vacaciones batirían récords. Y así ha sido. Casi todos los sitios donde hemos comido nos han parecido caros o pasados de precios. Por eso, todo el artículo me ha salido algo aciago, con un tono calamitoso que no iba buscando. Como ejemplo, ayer me cobraron 3,65€ por un brik de agua de 33cl. Imagino que a los hosteleros de Cádiz no les gustara leer esto, pero esos son los precios que nos estamos encontrando en algunos sitios que pretenden “hacer el agosto” durante el verano. Y eso te hace plantearte si volver a elegir Cádiz como destino de verano.

Nuestra entrada en Chiclana comenzó con un arroz en la Cabaña de Cecilón, un asador arrocería que tenéis junto al campo de golf de La Loma. Cecilón es una apuesta segura si os apetece un sabroso arroz. Isa y Cecilio son dos agradables anfitriones que os atenderán con profesionalidad y simpatía, para una velada que con entrantes, bebidas y arroz, ronda los 25 euros por persona. No dejéis de probar las papas aliñas y el arroz de carrillá con foie. Muy recomendable. La primera noche fuimos a probar una sugerencia de Pilar, una amiga chiclanera que nos aseguro que este es uno de los mejores sitios para tapear en Chiclana. Se trata de Ito Tapas, un atractivo espacio en el centro, de aire industrial, en el que probamos una cocina tradicional renovada y atractiva, con tapas como la tosta de atún trufada, unas sabrosas zamburiñas con jamón, tapas clásicas como la ensaladilla y las gambas al ajillo o el variado de croquetas. 68,80€ para tres personas. Todo correcto, nada sorprendente. Al día siguiente nos acercamos a la Barrosa para dar un paseo y comer en Marisquería Manguita, un clásico del pescado y marisco de esta popular playa. Situada en la misma avenida de la Barrosa, Manguita es un enorme local para disfrutar de raciones de gambas a 15,00€ o una bandeja de ostiones por 2,00€ la unidad. Lo cierto es que la materia prima es fresca y son rápidos sirviendo. Llegamos temprano y enseguida se lleno de un público que con tanto cristal se hace muy ruidoso. 73,50€ la cuenta de tres personas. En general, bien para conocerlo y seguir buscando otras opciones.

Una actividad muy recomendable y bien de precio (10,00€ por persona) que no os debéis perder, es un paseo en barco desde el puerto deportivo de la Barrosa hasta el Castillo de Santi Petri, para ver la puesta de sol sobre la punta del boquerón, una imagen idílica que puede terminar con un espeto de sardinas en el Chiringuito Alalba, nada más terminar el bucólico paseo. Eso fue lo que hicimos. Alalba es un chiringuito pegado al CMF (festival de música) que ofrece pescado espetado a precios desorbitados. Os pongo un ejemplo: Un espeto de sardinas en Málaga cuesta este año 3,00€, en este local el espeto son 14,00€ (Y os puedo adjuntar ticket). Así está el tema en la costa de Cádiz en general. Alalba podéis evitarlo por los precios y por tener un personal enseñado para retirar los platos antes incluso de terminar, para poder así doblar o triplicar mesas. Se dan mucha prisa para que os levantéis. Así no. Obligada nuestra visita al Chiringuito Playa La Loma por cercanía a nuestro alojamiento. Con más de 2 décadas de historia, el Chiringuito La Loma es ampliamente reconocido en la zona. Un verdadero punto de referencia en la costa gaditana, premiado con numerosos certificados, entre los que destaca la “Q de Calidad Turística Española”. Nuestra reserva para 5 personas fue un éxito, a pesar de algunos desajustes en la salida de la comida. 153,00€ para una cocina correcta, bien presentada y servida con profesionalidad. De los chiringuitos de la zona, es el que tiene mejor relación calidad/precio con diferencia para sentarse a comer. Por la noche fuimos a cenar al Fogón de Mariana, un restaurante de cocina tradicional con toques innovadores. Platos elaborados con productos de nuestra tierra: Carnes a la brasa, ibéricos, guisos, asados, hamburguesas. La cena muy agradable por unos 20 euros por persona. Un espacio recomendable en medio de la vorágine de la Barrosa.

Tocaba conocer el siguiente chiringuito de la zona. Para ir a Casa Luis elegimos un mal día de levante, con un calorazo de cojones. Mucha gente, mucho ruido, cocina mediocre y precio elevado. 120 euros para 5 personas por unos platos que podríais comer en cualquier otro sitio por la mitad de precio. Entiendo la ubicación en la playa de Roche y entiendo que el entorno donde se encuentra es inmejorable, pero los precios que tienen para la calidad que se ofrece, son notoriamente mejorables. Sobre todo la fritura, que es bastante mala. Nuestra camarera fue muy agradable. Entre el calor y lo que os cuento, seguro que no volveremos. Por la noche, fuimos al que para mí es el mejor local relación calidad/precio de Chiclana. Tercera visita a este imprescindible que no os podéis perder si estáis por la Barrosa. Sobre el Árbol se ha escrito mucho y bueno. Pues todo es cierto. 120,00€ para 5 personas, en una cena con botella de vino incluida, en la probamos hasta 10 elaboraciones. Bestial el salmorejo de zanahoria, el guiso de pochas es extraordinario, el poke de atún… lo que pidáis es acierto seguro. Con diferencia, de lo mejor de Chiclana. Imprescindible hacer reserva con tiempo.

La mañana del sábado pasamos por el centro para conocer el Mercado de Abastos y comprar chicharrones y unos tomates rosas de Conil. Antes de comer hicimos parada en una preciosa bodega de la calle Arroyuelo. La Embajada es un antiguo bodegón reconvertido en restaurante que tiene malas críticas en redes por lo “disperso” del servicio, lo que tardan en cocina y por lo que cuesta que te atiendan estando sentado debajo de su hermosa parra. Pues lo que dicen del personal es completamente cierto. Nos costo que nos atendieran y eso que por la hora solo había tres mesas. 2,80€ el chato de vermú y 9,00€ la mojama. Podéis probar algunos de sus quesos y seguir camino. Para un aperitivo rápido si os puede servir este local del centro. Popeye es una recomendación para todo el que se acerca a la Janda. Un restaurante histórico en Chiclana en el que se trabaja con buen producto y que tiene poco margen para equivocarse. Pues yo lo hice. Me equivoque de lleno pidiendo varias de las tapas creativas que tienen en carta. Tapas de salsas con cosas: Como el bocata de calamares con litros de salsa, las bravas con mucha salsa o la tosta de presa, imposible de comer sin usar un servilletero completo. El donut (de azúcar) relleno es uno de los despropósitos más enormes que he pedido en un restaurante en años. Error, todo lo que pedí fue un error. El único que acertó fue mi hijo con un simple lomo de cerdo con patatas riquísimo. Cuando vayáis a Popeye, limitaros a pedir unas gambas, unos tomates de la huerta de Conil, un pescadito o una carne brasa, y punto. Los experimentos los podéis probar en otros locales. 78,80€ para 3 personas, en una comida deslucida y bastante desacertada.

Una excursión en quad puede ser una gran manera de ver este lado más desconocido y salvaje de Cádiz a toda velocidad y con la adrenalina por las nubes. Una actividad que os llevara a través de los Pinares  de Roche, en una ruta de unos 17 kilómetros en un quad biplaza de 300cc. No se necesita experiencia previa más allá de tener carnet de conducir y ser mayor de 20 años. Si quieres emoción, aventura y adrenalina al mismo tiempo que descubrís Cádiz, ¡esta excursión en quad por Chiclana y Conil de la Frontera por 120€ para dos personas durante una hora y media, es lo que buscáis!. Aquí tenéis el enlace Quads Cádiz. Por la noche fuimos a cenar a Chez Lumiére, el restaurante abierto el 1 de julio de 2022 en el Hotel Royal Hideaway Sancti Petri y asesorado por el cocinero Juanlu Fernández. El sitio ocupa una zona aledaña a la piscina del hotel y está decorado por el interiorista Jean Porsche. Comienzo por el precio, 134,00€ para 3 personas, para una cena menesterosa y falta de gracia. No, no merece la pena el precio. Podría estar bien, por los preciosos jardines, por el servicio agradable… pero la sensación al terminar es que te han tomado el pelo, y he comido en locales mucho más caros. El ceviche que tienen por 19,00€ es terriblemente malo (plano, sin gracia y con el pescado sobrecocido), las croquetas 14,00€ y el mollete de atún 16,00€ son mediocres, lo mejor con diferencia los mejillones de bouchot 21,00€, con una salsa exquisita. La Burger por 25,00€ o el bacalao frito por 29,00€ son un sindiós, y de postre flan de huevo. Venga, ¡no me jodas! Los vinos carísimos, y si además se equivocan en la cuenta y te dan el ticket de otra mesa, terminamos el cuadro. No vale lo que te ponen en la mesa, aunque este en un hotelazo. No volveremos.

Si estas en Sancti Petri, tienes una visita obligada a Conil. Conil es sin duda un destino importante para el turismo de sol y playa. Es uno de los pueblos de la comarca con más ambiente. Pero lo que no te cuentan es que en julio y agosto no se cabe en Conil. Son muchos más los visitantes que el espacio físico para acogerlos. La cena en esas calles estrechas del centro se convierte en una gymkana desagradable por conseguir una mesa rodeado de paseantes que expectoran sobre los platos de pescado frito de los que están comiendo. He sido testigo de la escena más ridícula que he visto en años en la hostelería. La terraza del Bar Los Hermanos (muy famoso en Conil) llena de gente sin beber y sin comer nada, esperando que abran el negocio. Se sientan el tiempo que haga falta para coger mesa sin beber ni comer. Cuando abren se ponen en una cola que da el turno por los altavoces a modo de tómbola. Un espectáculo dantesco. Creo que Conil no es para el verano. Por lo menos a mi no me veréis alquilando en esta época. Demasiada gente, poco espacio, mucho ruido y mal aparcamiento.

Uno de los chiringuitos más desconocidos e interesantes de Sancti Petri es sin duda el del Hotel Aldiana Club Andalusien, un alojamiento repleto de alemanes que tienen un precioso espacio en la playa donde no se puede comer, pero donde se escucha buena música y se disfruta de un Campari con naranja o una cerveza helada por 2 euros. Al no tener cocina, no está masificado, y los precios son mucho más baratos que otros chiringuitos de la zona. Los alemanes disfrutan de su cerveza sin mezclarse con los españoles de “nevera y sombrilla”. Un lugar recomendable para tomar una copa sin ruido de platos y máquinas de café. Por la noche tocaba el sitio de moda de este año en Chiclana. Safari es un espacio abierto a finales de junio que presenta una exótica decoración de animales salvajes: jirafas, elefantes o un gran león dorado que hará las delicias de los más pequeños si os animáis a conocerlo. Cocina mediterránea con ciertas influencias internacionales, Safari es un sitio “molón” si estáis de verano en la Barrosa. Un precioso espacio donde podéis comer, tomar una copa, un helado o incluso ir de compras en las tiendas que tiene en el mismo local. La comida es correcta, sin demasiadas pretensiones, bien cocinada y presentada. Los precios son contenidos para lo que llega a la mesa. 79,40€ la cena para tres, botella de vino incluida. El servicio es amable y eficiente. Muy ricas las albóndigas de retinto en salsa Osaka-Chiclana 12,00€.

Por la mañana tocaba baños de sal y barro en el centro ambiental y turístico «Salinas de Chiclana», un acertado intento de poner en valor el entorno natural de las marismas de Chiclana y su tradicional industria salinera. Enclavadas en el Parque Natural Bahía de Cádiz, este centro se asienta en unas salinas rehabilitadas que acogen un museo, un mirador de la marisma, una tienda de productos relacionados con la sal, un restaurante con terraza e instalaciones anexas destinadas a distintas actividades pedagógicas o turísticas como la propia casa salinera, los esteros, zona de animales huerto y un embarcadero. Es un lugar ideal para familias, para amantes de la naturaleza y un buen plan para días de levante o si no hace buena temperatura para ir a la playa. Podéis elegir solo el baño y el barro, o podéis daros además un masaje relajante y quedaros a comer en el restaurante de las Salinas, un espacio con una carta muy interesante donde las algas y los pescados de estero son los protagonistas. La cena en las Salinas es otra experiencia que no os debéis perder. Sentarse a contemplar el atardecer con las salinas y San Fernando de fondo es la mejor fotografía de todo el verano. Si hace levante, acordaros de llevar repelente de mosquitos. Creo que lo más inteligente es pedir una dorada o una lisa a la sal y regarla con un blanco de Manuel Aragón de Chiclana. De entrada podéis optar por el carpaccio de dorada, los ostiones o los garbanzos con algas. Nuestra cena para tres personas, con botella de vino, fue de 73,30€. Muy recomendable.

Por supuesto, y después de que nos lo recomendaran chiclaneros y sevillanos asiduos a estas costas, fuimos a conocer el Papelón, un conocido establecimiento de la zona, con una agradable terraza para disfrutar de “pescaito frito”. La atención es buena por parte de todo el personal y la relación calidad/precio es correcta. Después de haber probado varias de las raciones, me quedo con la de chocos o las lagrimas de pez gallo para los pequeños, siendo la ensaladilla o las gambas cocidas, dos de las preferencias de sus clientes. Un sitio sencillo, donde no vais a encontrar gente de fuera, ni precios desorbitados. Nuestra cena para tres personas 51,00€, con botella de blanco incluida. Recomendable. Por la noche, y por una casualidad, acabamos cenando en Mariscos Castilla. Sin referencias y sin saber que nos íbamos a encontrar, resulto una de las mejores cenas de las vacaciones. Gambas de calidad, cigalas y patas rusas, además de pez gallo frito o ensaladilla con tartar de atún. Importante bandeja de marisco fresco y bien cocido, con una botella de Godello bien fría. 67,28€ para tres personas, en un buen atracón de marisco en plena Barrosa. Todo un descubrimiento.

La comida del día siguiente fue en la Venta López, típica venta de carretera, con aparcamiento propio. Espacio amplio, con un comedor interior y una terraza decorada de forma rústica, donde está instalada también la parrilla. En lo gastronómico la oferta gira en torno a las carnes de caza, los arroces, como el de rabo de toro o los ibéricos. Los mejores cortes de carne roja: Lomo alto y bajo, entraña, T-Bone, tomahawk… Nosotros pedimos una parrillada de cerdo ibérico, con chorizo, chistorra y una buena cama de patatas fritas por 35,00€. Gambas al ajillo 14,00€, pulpo a la gallega 9,00€ y vino de la tierra para una comida agradable para tres personas por 80,60€. El local es curioso y el servicio atento y muy rápido. Un sitio recomendable si os apetece una carne a la brasa en Chiclana. Mi hijo eligió un espacio singular para cerrar nuestras vacaciones con una cena con vistas a la puesta de sol. Mimi Pool Club es un restaurante con piscina y varias zonas exteriores ubicadas en el Parque de la Batalla de Chiclana de la Frontera. Pero una vez más, los precios de Cádiz nos dejan la sensación de estafa. Aquí pagáis el atardecer a precio de estar viéndolo en el Masái Mara. Mimi es un sitio de postureo, uno de esos locales donde la gente va a hacerse un selfie y donde la comida es intrascendente y absurdamente cara. Nuestra cena “de mierda”, compuesta por unos tomates con melva 14,00€, dos tacos de atún 17,90€ y unos huevos fritos con patatas y 3 gambas 22,00€, más dos cocteles y dos copas de vino 95,40€. El pan y picos, que no habíamos pedido, y que no nos comimos, 7,50€. Y dice la camarera que a los que se quejan del pan les devuelven el dinero, y se queda tan campante. Se te queda cara de tonto mirando a la piscina infinita y al atardecer. Otra puta tomadura de pelo de la que ya estoy algo cansado. Ni se os ocurra ir a cenar. Lo suyo, como mucho, es tomar una copa (cara) y cenar en otro sitio donde no os vendan humo. Antes de irnos, nos queríamos quitar esa mala experiencia comiendo en la que está considerada una de las mejores pizzerías de la Barrosa. En la Cobijá podréis disfrutar de exquisitas pizzas de masa fina, pastas y platos italianos, con ingredientes especialmente escogidos y elaborados en horno de leña. Ambiente familiar con amplia terraza para disfrutar todo el año en un espacio que se llena en esta época y donde podéis comer por unos 20,00€ de media. Nosotros pedimos una pizza (enorme) a los cuatro quesos, una lasaña de ragú y pasta fresca de salmón, con un postre de oreo. El servicio es atento y agradable. Un antiguo chalet reformado y convertido en uno de los negocios más prósperos de Chiclana.

Se terminan nuestras vacaciones en Santi Petri. Han pasado 15 días, y ni el bolsillo ni la saturación de sol y playa me han dejado ganas para continuar. Creo que una quincena son demasiados días de playa para mí. Estoy deseando volver a la normalidad, dormir en mi cama, entrar en mi baño, y ver a mi perro. Las vacaciones en Cádiz han sido muy gastronómicas y nos hemos dejado una pasta. Un dinero que ha merecido la pena en general, excepto en las ocasiones que habéis podido leer. La costa gaditana está muy cara. Esto es el paraíso de los madrileños, pero a los sueldos andaluces nos resulta carísimo venir a estas costas para pasar unos días. Entre los reportajes que  Andalucía Directo ha tocado este verano, tenéis ” El problema de vivir donde todos quieren veranear. Los elevados precios de la mayoría de bares y restaurantes en las zonas más turísticas de Cádiz los convierte en prohibitivos para los gaditanos”. Eso es lo que yo he vivido en estas vacaciones y creo que deberían hacer algo para solucionarlo, ya que el turismo en la provincia de Cádiz tiene una gran trascendencia, no solo como motor económico sino también como generador de empleo en la provincia. Los desafíos en la calidad y contención de precios asociados al sector, son algo imprescindible para consolidar a Cádiz como destino turístico al alza. Espero que alguien se dé por aludido.

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