Calle Francos, 42, 41004 Sevilla
Teléfono: 955 07 51 53
Fue allá por 2015 cuando no pusimos a escribir sobre un bonito “gastrobar” llamado El Pintón que se abría en la calle Francos de la mano del donostiarra Xabier Lavado, y los hermanos José y Lorenzo Fernández Mejías. Mucho ha cambiado el panorama gastronómico de Sevilla desde entonces, pero este local del centro ha sobrevivido con nota a todas las calamidades que ha sufrido la hostelería sevillana en estos años. Su secreto tiene que ver que no solo con su menú, sino también con su estética. El Pintón tiene unas credenciales que lo hacen irresistible a los miles de visitantes que deambulan por esta parte de la ciudad. Un edificio elegante obra de Aníbal González, que estuvo ocupado durante años por los Almacenes Peyré, y que se encuentra a pocos metros de la Catedral. Un espacio renovado con un conjunto de filtros, reflejos y veladuras que matizan la luz natural que baña el patio porticado. Los clientes enfatizan su buen gusto y servicio. Una forma diferente de llevar una cocina que apuesta por una combinación de propuestas tradicionales junto con opciones más atrevidas y bonitas presentaciones. ¿Qué más se le puede pedir a un restaurante?. Pues este emblemático negocio ha ido mucho más lejos afrontando una enorme ampliación con dos nuevos conceptos; una brasería llamada Afuego en el local justo a su espalda, y Aníbal Club, un espectacular speakeasy situado en el sótano y gestionado por el gran Cisco Rodríguez, de Naked and Famous.
Pero vamos por parte. La carta del Pintón ha cambiado completamente desde que estuvimos allí por última vez. Entrantes como el Bloody Gazpacho 6,50, Steak tartar Pintón sobre pan brioche 6,90, Ensaladilla con salsa Tonnata 12,50, Tacos de conejo en escabeche 14,50 o Huevo en tempura con parmentier trufada 9,50, entre otros. Pescados como el Tartar de atún rojo con aguacate y tortilla de maíz frita 18,00, Taquitos de merluza a la romana con pipirrana 14,50, Calamar a la brasa con parmentier de oloroso y aceite de pimentón 18,50 o Mejillones gallegos con salsa de tomate picante 14,50. Carnes pintonas como el Solomillo Ibérico de bellota con chimichurri 16,50, Costillas ibéricas a baja temperatura con salsa Yakiniku (375 gr.) 18,50, Carrillera de cerdo ibérica glaseada con puré de zanahoria y setas 18,00 o Hamburguesa de vaca con queso brie y mayonesa de ajo asado 14,00. De postre, Mousse de chocolate con crumble de oreo y toffee, Tiramisú o Tarta de queso al horno maridada con Dewar’s 12 e hinojo 7,00. Ahora que hemos puesto al día la carta del Pintón, nos adentramos en Afuego, el bonito asador contiguo donde toda la carta pasa por las brasas. Y es que corren buenos tiempos para el fuego y los asados. Muchas de las nuevas propuestas apuestan por el carbón, la madera y los hornos Josper para, en mayor o menor medida, hacer al humo protagonista.
Afuego tiene acceso directo por la calle Álvarez Quintero, aunque su entrada natural es por el mismo local que El Pintón, en la calle Francos. Un luminoso espacio proyectado por los arquitectos Lucas y Hernández-Gil, con una sala amplia, con una claraboya en el centro, y una decoración actual en tonos claros y diseño funcional. Las texturas de los materiales cobran mucha importancia en el interiorismo de este restaurante, con una estética que sugiere un concepto de obrador, con bastidores metálicos, lámparas de estética vintage y paredes revestidas de pequeños azulejos amarillos, que definen los diferentes volúmenes que lo articulan. Exprimiendo las posibilidades del material, se ha extendido su uso a mostradores y suelos, en un juego perceptivo que da profundidad, y que junto a los espejos, aumentan la sensación de tamaño del local. Su cocina se asienta en las brasas con carbón de marabú, que aporta un aroma especial a las elaboraciones. Al frente de este neo asador encontramos a Daniel Coronel, Nacho Morón y Ana Cala. Aquí lo importante es, de nuevo, el producto. Excelentes materias primas que se lucen casi sin esfuerzo tras su paso por las brasas. Platos para compartir como las Ostras fine de claire (unid) con manzana, yuzu y crema de piparras 6, Puerro y cebolleta braseada con mantequila noisette y café 8, Patatas braseadas con aceite y romero 9, Pepino asado con crema de calabaza 10, Coliflor ahumada con miso de jerez y sésamo 12, Coles de Bruselas a la brasa 14, Castañetas glaseadas con reducción de oloroso 16 o el Carpaccio de picaña de black angus 18. Pescados y carnes como el Chuletón de rubia Gallega (100 gr), 1/2 pollo al piri-piri 18,50, Chuleta de cerdo ibérico de bellota 25 o la Pierna de Cordero a baja temperatura en su jugo 28, Corvina con crema de pimientos del piquillos y cogollos 25,50, Rodaballo a la Donostiarra 26,50 o Ventresca de atún rojo 28,50. Nuestra comida de aniversario para tres personas fue de 112,40€, un precio muy interesante para lo que llegó a la mesa.
Si habéis disfrutado de una buena carne a la brasa, no podéis marcharos sin probar la coctelería de autor de Cisco Rodríguez y su Club Aníbal, situado en la planta sótano del edificio. Cuenta su prólogo que Aníbal Club es ” El lugar perfecto para guardar un secreto. Un club privado con una coctelería de altísimo nivel, donde tradición e innovación se funden en cada copa”. Aquí podréis disfrutar de cócteles elaborados por expertos bartenders que reinventan los clásicos y crean combinaciones de sabores sorprendentes. Descubre las tendencias emergentes en un ambiente acogedor y sofisticado que invita a disfrutar de una experiencia llena de sabores. Cisco ha creado un espacio intimo que combina creatividad, precisión y un profundo entendimiento de los sabores y aromas, con cocteles tan coloristas como PInky 9€, el Pump Queen de vodka, calabaza y chiles 12€ o el Pear Paper Plane de bourbon y amaro Montenegro 10€, o clásicos como The Colada 10€, Dry Martini 12€ o el Negroni de Aníbal 10€. Uno de los elementos más llamativos de Aníbal es su barra. Esta se ha querido destacar y convertirla en una especie de escenario que ocupa la parte central del espacio. En esta zona se organizan también eventos privados y sesiones de dj. En total, El Pintón, Afuego y Aníbal suman más de 650 metros cuadrados de disfrute, buen ambiente y buenos precios.
En definitiva, El Pintón, Afuego y Aníbal Club son tres extraordinarias patas para un banco que se reinventa abriendo miras, pero manteniendo la esencia que lo ha convertido en uno de los más emblemáticos de la capital. Clásico mejorado con el mejor producto, nuevos platos y nuevos espacios para seguir dando vida al mito. Si pasáis por la Calle Francos, pensaréis que no ha habido cambios, aunque sí, además muy importantes. Peo la esencia de este restaurante se mantienen, con su elegante patio, un mobiliario que combina piezas de diseño propio y piezas de otras marcas. Igualmente, la iluminación es una mezcla entre diseños propios hechos a mano y lámparas de Marset & Tradition, todo con el objetivo de mantener su valor histórico, que es elevadísimo, mientras disfrutáis de un ambiente de lujo pretérito pero relajado a la vez, en salones donde también se respira romanticismo, elegancia y funcionalidad. Cambiar para mejorar. Gracias por vuestra hospitalidad.