Calle Genil, s/n, Casco Antiguo, 41001 Sevilla
Teléfono: 644 15 33 07
Uno de los mejores regalos que ha recibido la cultura occidental es la gastronomía asiática. Saludable por naturaleza, fresca y deliciosa. En Sevilla, el sushi ha dejado de ser una moda para convertirse en una opción habitual. Y es que en esta vida existen dos tipos de persona, los que odian el sushi y los que amamos el sushi. Es un fenómeno que no tiene término medio y no me preguntéis por qué, es así y ya está. Lo bueno de esto es que los que somos adictos al sushi, nos volvemos también expertos y sabemos identificar cuando un sushi es bueno y cuando es un desastre. En Sevilla existen infinidad de locales especializados en sushi. Por supuesto, no he ido a todos ellos. Sin embargo, conozco unos cuantos donde preparan autenticas delicias de la gastronomía nipona. Esto me ha dado suficientes elementos de criterio para poder recomendaros dónde probar un tradicional maki, un nigiri fresco o unas exquisitas gyozas de pato.
El pasado 30 de noviembre se puso en marcha Kamikaze, un concepto de comida y diversión que os transportará a la esencia de la cultura culinaria japonesa. Al frente de este espectacular proyecto encontramos al Grupo Ban Ban, uno de los grupos de hostelería y ocio de referencia en el sur de España. Con sede en el Puerto de Santa María, el Grupo hostelero cuenta con negocios de referencia cómo Playa Canalla, Phiphi Beach, Blu Puerto Sherry, Kamikaze, La Cristalera, Guateque y Narigoni. Desde sus comienzos hace más de una década, el Grupo Ban Ban ha crecido hasta convertirse en una de las empresas hosteleras más reconocidas y exitosas de El Puerto de Santa María, ofreciendo una experiencia única y de calidad a cada uno de sus clientes. Con Kamikaze se abren sus fronteras de negocio para llegar al Mercado del Arenal. Un espacio amplio y con una decoración muy llamativa, en la que destaca un enorme Ōwatatsumi “Dios Dragón” que cuelga de un techo acristalado que dota al establecimiento de iluminación natural. Una preciosa barra iluminada en el centro separa las dos zonas de mesas altas, para una copa informal, y otras mesas bajas para comer con más intimidad. Paredes de ladrillo visto y tapizados de colores rematan la escenografía llenándola de una estética vintage y glamurosa. Una cosa que debéis tener en cuenta es que no se permite la entrada de niños, ni clientes disfrazados o despedidas de soltero.
Kamikaze propone una oferta de cuidada presentación, cocinada gran parte en robatiyaki (o robata) traducido literalmente como ‘cocinar en la chimenea’. Un método japonés de origen campestre parecido a la barbacoa que se lleva utilizando desde hace más de 2000 años donde cocinan los alimentos (principalmente carnes, pescados y vegetales) sobre unas brasas de carbón caliente. Una amplia variedad de nigiris, como el akami de atún 4,00€, blanco yuzu 4,00€, salmonete 4,00€, unagi de anguila 5,00€ o el wagyu 5,00€. Sashimi como el o-toro de ventresca de atún 18,00€, nibe de corvina 16,00€ o el sake de salmón 15,00€. Makis de langostinos en tempura, como el ebi maki 16,50€, sake picante de salmón 16,00€, osaka de atún picante 18,00€, vegan futomaki 10,00€ o el green maki de pepino 14,00€. Temakis ebi de langostinos 6,00e, akami de tartar de atún 6,00€ o el sake de tartar de salmón 6,00€. Para compartir tenéis ensalada de wakame 3,50€, gyozas de pato, cerdo o vegetal 12,00€, tempuras variadas, katsu sando (sándwich de presa) 19,50€ o costillas de ternera 28,00€. Robatayaki como el rib eye de Angus 38,00€, shimpu tokubetsu (pulpo brasa) 20,00€, morrillo de atún brasa 24,00€, presa agripicante 30,00€, dorada brasa macerada en miso 22,00€ o espárragos a la brasa 4,50€. Varios tipos de usu (carpaccio) y tartares, y para rematar tarta de queso, crema de queso y coco o brownie con nueces 6,00€. Carta de cócteles clásicos, como margarita, caipirinha, negroni o los originales kamikaze de blue curacao, sol naciente de roku y ciroc rojo, sake sours o mojito sake.
Hasta aquí el relato objetivo. Pero tengo que contaros nuestro paso por Kamikaze, con lo que entramos en la parte más subjetiva de la narración, porque como sabéis cada uno vive la experiencia desde su propia perspectiva. Nos sentaron en la parte más al fondo del salón, pegados a la puerta de salida, cuando al llegar el local estaba vacío. El servicio es demasiado insistente en llenar las copas de bebidas, preguntando a cada momento si nos traen otra bebida, algo que incomoda bastante. Empezaron a llegar los platos al centro. El arroz de los nigiris de wagyu muy pasado, les faltaba frescura y sabor. Bien los espárragos y los nigiris de atún. Los platos individuales llegaron cada uno a una hora diferente, con lo que comimos con más de media hora de diferencia entre los que estábamos en la mesa, y eso que estábamos solos. No quiero pensar como será con el local lleno. El Katsu sando por 20,00€ y la presa agripicante por 30,00€ son una tomadura de pelo. Las 6 fotos que estáis viendo nos costaron 119,90€, con 3 vinos y una cerveza. Por eso, por la música demasiado alta (ya estoy mayor) y el rollo snob que nunca me ha gustado, esta claro que este japonés no esta pensado para mi. Tenéis restaurantes japoneses mucho mejor de precio en Sevilla, incluso más caros, pero con una cocina muchísimo más interesante. No se trata de precio, se trata de pagar lo justo por lo que te ponen en la mesa. Esto es lo que es, Postureo, djs & shows. La comida es solo una excusa. No volveremos.