Calle Zaragoza, 70 41001 Sevilla
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La gastronomía sevillana ya disfruta de la emocionante reapertura de un local histórico en nuestra ciudad. La Excusa Perfecta de Ramón es el nuevo proyecto del reconocido hostelero Ramón López de Tejada, un nombre que evoca autenticidad y buen hacer en la cocina tradicional. Este establecimiento, que ocupa el emblemático local que durante años albergó al restaurante Enrique Becerra, es mucho más que una simple apertura: es un homenaje a la rica tradición culinaria sevillana y una apuesta por la cocina de siempre, con el respeto y la dedicación que merece. La inauguración llega en el momento perfecto para que sevillanos y visitantes disfruten de su propuesta en plena primavera sevillana, cuando la ciudad vibra con la luz, el bullicio y el ambiente de sus calles. López de Tejada, conocido por su exitosa trayectoria en la Antigua Abacería de San Lorenzo, vuelve a sorprender con una oferta gastronómica que rompe con las tendencias predominantes. En lugar de competir con los populares montaditos o el pescaíto frito, su carta reivindica la esencia de los guisos, potajes y platos de casquería, recetas que han ido desapareciendo poco a poco del panorama culinario local. “No he venido para hacer competencia a nadie, sino para complementar lo que ya hay”, afirma López de Tejada, dejando claro que su intención no es otra que recuperar la cocina de cuchara, esa que en tiempos fue el alma de los hogares sevillanos y que hoy encuentra menos espacio en la oferta gastronómica de la ciudad. Con esta apertura, no solo busca recuperar platos tradicionales, sino también revitalizar un espacio emblemático que forma parte de la memoria gastronómica de Sevilla.
El antiguo propietario del restaurante, Enrique Becerra, ha compartido su satisfacción al ver que el local ha sido tomado por alguien que respeta la tradición. Becerra inauguró su restaurante en 1979 y lo convirtió en un referente de la mejor y más tradicional gastronomía sevilla. La reforma de este hermoso edificio de estilo regionalista, ha permitido recuperar elementos arquitectónicos históricos, como columnas italianas que habían estado ocultas, y se ha renovado la fachada para darle un aire más luminoso y acogedor. La distribución del nuevo restaurante se divide en dos plantas. En la planta baja, se ofrece un tapeo auténtico y muy sevillano, mientras que en la planta superior se ha establecido un comedor más formal, con manteles y un servicio cuidado. Este enfoque busca crear un ambiente que invite a disfrutar de la comida y a prolongar las sobremesas, una tradición que en la hostelería moderna llaman “tardeo” pero que “de toda la vida” han practicado los aficionados a la buena mesa. El establecimiento carece de la tradicional barra donde los sevillanos solemos “apoyar el codo”. En su lugar una barra de servicio, presidida por el logotipo de Cruzcampo, flanqueada por dos columnas de mármol que le otorgan un aire señorial. Encima, una estantería de madera alberga una variada selección de botellas, con copas suspendidas en la parte inferior para un acceso rápido y estético. En la zona lateral, destaca un rincón dedicado a los embutidos y quesos, con una hilera de jamones colgados y una vitrina refrigerada con productos de alta calidad. Una decoración de estilo tradicional andaluz, con toques rústicos y elegantes, donde predominan los tonos cálidos, que aporta luminosidad y una sensación acogedora. El mobiliario de madera oscura con estructura metálica refuerza el carácter clásico del espacio, mientras que los detalles en azulejos sevillanos en la base de la barra evocan la esencia de las antiguas tabernas. El espacio se complementa con detalles decorativos como cuadros con escenas costumbristas y mobiliario auxiliar de madera tallada, que refuerzan la identidad tradicional del local.
La carta se basa en la cocina tradicional andaluza, con un enfoque especial en los guisos que cambian diariamente. Además, se ofrecen desayunos tradicionales y una cuidada selección de vinos, con un énfasis en los jereces y los vinos locales. Una carta que comienza con chacinas Señorío de Montanera, con paleta ibérica de bellota 5,00€, lomo y solomillo embuchado, salchichón de chorizo cular 4,00€, morcón de lomo 4,50€, papada curada 3,50€, butifarra andaluza 3,00€, morcilla colorá 3,00€, morcilla de hígado 3,00€ o patatera extremeña con miel 3,00€. Los quesos azul de vaca, sudao de cabra, curado de oveja de Zamora o añejo de oveja 4,50€, entre otros. Conservas como zamburiñas, navajas, huevas de caballa picantes o mejillones en escabeche. Para abrir boca coliflor aliñada 2,95€, col al pimentón 2,25€, zanahoria aliñada 2,25€, salpicón de marisco 6,50€, huevas y papas aliñadas con melva, remolacha con cebolleta 2,25€ o ensaladilla clásica 5,00€. Picoteando tenéis cecina de Angus 24,00€, torreznos 4,00€, chipirones sanluqueña 14,00€, patatas meneás, pavías de bacalao 4,75€, flor de alcachofa a la parrilla 18,00€, perol de patatas fritas con huevo frito y jamón 20,00€, sopa de tomate con yerbabuena 7,90€ o latiguillos salteados con patitas de rejo y gambas 22,00€. Para cerrar torta de Alcalá con helado de turrón y miel 6,95€, compota casera con helado 7,25€, peras al vino tinto 6,00€ tarta de manzana 7,00€, picatostes con chorreón de chocolate caliente 5,75€, torrija sevillana 5,00€ o tocino de cielo 6,25€. Una amplia y variada selección de platos fuera de carta que cambia a diario, con exquisitas propuestas como alubias de Tolosa con costillas, cascote, carne con tomate, castañetas o albóndigas ibéricas, entre otras delicias.
La idea es que los comensales disfruten de una buena oferta, sintiéndose parte de una experiencia gastronómica que rinde homenaje a la historia de la cocina sevillana. Con este nuevo proyecto, Ramón López de Tejada no solo busca revitalizar un espacio emblemático, sino también ofrecer a los sevillanos y visitantes una experiencia culinaria que celebre la rica herencia gastronómica de la ciudad. La Excusa Perfecta de Ramón es tradición, cuchara y sobre todo buena gastronomía, motivos por los que se perfila como un nuevo referente en la escena gastronómica de Sevilla. Pero más allá de su carta, su ubicación o su promesa de autenticidad, La Excusa Perfecta de Ramón es, en esencia, una declaración de intenciones: cocinar con el respeto que exige la tradición y la naturalidad de quien no tiene prisa. En tiempos de gastronomía acelerada, donde la inmediatez se confunde con calidad, este proyecto reivindica el valor del fuego lento y de la memoria culinaria. No es un ejercicio de nostalgia, sino una apuesta consciente por devolver a la mesa lo que nunca debió desaparecer. Aquí se viene a guisar, y en Sevilla, pocos lugares podrán decirlo con tanta legitimidad.