Calle Gracia Fernández Palacios 3, 41001 Sevilla
Teléfono 955 44 16 61
Los bajos fondos en la Sevilla del siglo XVI estaban abarrotados de pícaros, mendigos y malandrines, que alternaban el delito con diversos tipos de trabajos eventuales relacionados con los momentos de frenética actividad del Puerto de Sevilla. La falta de trabajo favorecía actividades poco honestas y los delitos se hacían más frecuentes cuando había menos faena. Ese tipo de personajes son los que han inspirado a un grupo de experimentados empresarios del sector para darle nombre y forma a una de las aperturas del año en Sevilla. Un mismo origen, un mismo concepto culinario, los mismos protagonistas, mismo espacio, pero diferente oferta, gracias a la cual se abarcan los gustos y preferencias de varios perfiles de clientes con demandas diferentes. Así es Malandro, un restaurante concebido con distintos espacios en los que podréis disfrutar de recetas elaboradas con productos de gran calidad y en un ambiente singular. Un restaurante ubicado en una magnífica casa sevillana junto a la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. En sus 800 metros cuadrados encontramos tres ofertas de restauración diferenciadas; un bar abacería actualizado en la planta baja, la mejores brasas del mercado en el restaurante de la primera planta, y copas y cócteles en la azotea, apostando así por un nuevo formato de expansión que incorpora varios conceptos diferentes de restauración en un solo local, donde cada cocina tiene su espacio propio y la implantación de cada una se realiza de manera independiente. Y es que en los últimos meses hemos sido testigo de la apertura de varios proyectos en los que se apuesta por esta fórmula novedosa y diferente, que permite rentabilizar las inversiones iniciales en menos tiempo.
Un concepto de diseño y gastronomía donde todo fluye en una misma dirección: agradar al publico en todos sus sentidos. Malandro es un espacio polivalente donde profundizar en diferentes conceptos gastronómicos y de ocio, con unas maravillosas vistas a la Maestranza de Sevilla. La idea es aglutinar en un mismo espacio físico distintas propuestas que desarrollan su función como un diálogo, dando soporte al disfrute ajeno. En este sentido el comensal o el usuario podrá disfrutar de sus momentos de cocteles y charlas con amigos, sin perder el rumbo fundamental de este trayecto: la gastronomía. Al frente de los fogones encontramos a José María Herrera, un joven chef que coordina un equipo que trabaja con una carta de carácter gastronómico, en la que el producto de temporada es el que marca el camino. La cocina de Malandro quiere destacar por ofrecer una combinación que parece simple pero no siempre lo es: elaboraciones sencillas con técnicas elaboradas. Una propuesta diferente en la que confluyen la buena cocina de mercado y los ingredientes de primera calidad seleccionados del entorno local. Sobre esta base, la oferta de la planta baja se concreta en ibéricos de Tartessos, quesos Zamorano o Pajarete entre otros, salazones y conservas Premium. Tapas entre panes, como el mollete de pringá 5,50€ o el de gambas con alioli de ajo negro 7,00€, un apartado de huevos, con una tortilla vaga de gambas al ajillo 17,50€, fritura sevillana, algo de brasa como el pulpo 16,00€ o la presa ibérica marinada 16,00€ y guisos como las albóndigas de atún en salsa 5,00€, espinacas con garbanzos 4,50€ o carrilleras 5,50€. El restaurante se sustenta principalmente en las brasas. Chorizo criollo 3,50€, dúo de morcillas 7,00€, molleja de ternera 17,00€, los principales cortes de vacuno como el T-bone 72,00€, entraña de Angus 24,00€, Ribeye 38,00€, asado de tira 27,00€ o bife de chorizo 27,00€. Cerdo ibérico (presa 24,00€ y solomillo Wellington 39,00€) o pollo de corral 22,00€. Para cerrar, selección de tartas 7,00€ o tabla de quesos 10,00€/18,00€. Enorme carta de vinos con hasta 170 referencias, entre las que se encuentran una amplia muestra de vinos de Jerez por copas o espumosos y champanes exclusivos.
El estilo, ambiente y decoración del establecimiento están proyectados por Pablo Roig, Director de proyectos de interiorismo, y cambia según la planta donde os encontréis. En unas zonas se respira un aire más sobrio, cuidado y elegante, y en otras el ambiente es más desenfadado y dinámico. La escenografía y la obra faraónica realizada a este edificio son sorprendentes. Cada rincón, cada lámpara, cada vasija de barro, están cuidadosamente estudiados. Sillones de cuero, tapices en unas paredes rematadas de azulejos en cobre, una preciosa barra con un expositor circular, techos con vigas de insonorización. Los cuadros son de Jaime Abaurre, un artista minimalista que utiliza la sencillez como lenguaje principal, la reducción del dibujo en su forma más simple. Hasta la carta presenta el lujo que da la piel. La planta superior está dedicada a un restaurante con una pared adornada con una chimenea y estanterías de vasijas de barro y una amplia terraza con vistas al coso taurino. La azotea está pensada para copas o cócteles, una hermosa terraza que este verano será una estupenda opción para tomar una copa en el centro. Los camareros son super atentos y están perfectamente uniformados. Además de lo puramente estético, algunos negocios como Malandro sorprenden a sus clientes con cambios de concepto, de manera que puedan acudir a un mismo espacio en la comida y en la cena y, sin embargo, tengan la sensación de estar en un espacio completamente diferente. Para los consumidores más curiosos, y para los miles de visitantes que en esta época callejean por el centro, esta puede ser una opción muy atractiva.
Los negocios de restauración se adaptan a los hábitos de consumo, a las costumbres de los turistas y también a los gustos de los nuevos consumidores adaptando su oferta gastronómica y el concepto del local en función de la franja horaria. ¿Quiere lo mismo un cliente a mediodía que por la noche? Probablemente no. Eso es lo que han debido pensar estos experimentados hosteleros que han decidido dividir la oferta gastronómica y conceptual de su local. Lo cierto es que estamos cansados de lámparas de ratán, plantas hasta el techo y la misma carta con ligeras variaciones. Gyozas, tacos, burrata, steak tartar, baos… En los últimos años han ido proliferando en el centro de las ciudades, restaurantes clónicos que habitualmente forman parte de grandes grupos de restauración. Por eso es de agradecer encontrar un espacio diferente que dignifique la gastronomía local y la identidad de nuestra ciudad de una forma elegante y atractiva. No creemos que sea necesario extenderse mucho más. Ahora es el momento de que os paséis por Malandro para descubrir lo que este concepto puede suponer para vosotros. Cocina de calidad, en un entorno brillante. Las fotos buenas son de (Punto de Vista Fotografía). Gracias por vuestra hospitalidad.
Cocina | Bodega | Servicio | Ambiente | Precio |
4 | 5 | 5 | 5 | 5 |
Nota: Puntuación sobre 5 como valor máximo |