Carretera Hinojos – El Rocío, Km. 2, 21740 Hinojos, Huelva
Teléfono: 959 45 97 79
“Hinojos es marismeño, vergel de pinos, tu eres el pueblo dueño de estos caminos. Parada, vado y sueño del peregrino. Y tus pinares son como un templo, columnas que sostienen el firmamento”. Así le componía Feliciano Pérez Vera a su pueblo. Nada más llegar al término municipal de Hinojos el paisaje cambia de pronto. Un cartel anuncia que estamos en el espacio protegido de Doñana. Nuestro camino se adentra entre un hermoso bosque de pinos perfectamente conservado. La historia que cuenta que una ardilla podía cruzar España de punta a punta sin bajarse de los árboles siempre ha sido una trola. Pero hay comarcas en las que, incluso hoy, sería posible. Hinojos y todos sus visitantes, pueden disfrutar a día de hoy de esta magnífica arboleda de titularidad pública. Estamos en una antigua vía pecuaria y ruta del rey Alfonso X el Sabio en busca de sus cazaderos reales. Lozanos y centenarios pinares, testigos de muchos caminos rocieros, dan sombra a este restaurante situado a unos 40 Km de Sevilla y abierto en 1994. Es una grata experiencia el discurrir por este espacio forestal en el que el pino piñonero es la especie dominante y donde al final del camino encontramos uno de los establecimientos señeros de la Comarca El Condado, Almoradux.
Integrado perfectamente en la naturaleza que le rodea; Almoradux está regentado por Antonio Franco Díaz, un empresario hostelero con una amplia experiencia. Un restaurante de marcado acento marismeño, construido en ladrillo de barro y madera, y con un interior cálido y original. Nada más entrar encontramos de frente una bonita barra de servicio que da paso a un gran salón donde las crucetas de madera del techo son las protagonistas. Luz tenue y mesas unidas preparadas para grandes celebraciones de grupo. Fuera, una gran terraza protegida del sol, perfecta para comer al aire libre. Hoy no hay restaurante que no afirme que su cocina es local y de kilómetro cero, aunque no siempre sea verdad, pero en Almoradux fueron pioneros en una ética de trabajo que, realmente, tiene a los productos de proximidad como protagonistas absolutos. Aquí se ofrecen productos de nuestra peculiar despensa, como el venado, el ánsar, la perdiz, espárragos, níscalos, piñones, membrillos, y el exquisito cordero lechal que se alimenta de los abundantes pastos frescos que el entorno posee. Piezas de pescados y mariscos llegadas del litoral Onubense y carne de la Sierra, conforman y dan estilo a su carta.
El restaurante cuenta con una carta de estilo tradicional que comienza con una selección de chacinas y quesos de la provincia, rebanadas de pan artesano con queso curado de oveja o con jamón, fritos como las croquetas de carne o de boletus, chocos de trasmallo, mariscos como las gambas blancas (250gr), varios tipos de ensaladas, tartar de atún rojo con aguacates, pulpo asado a la parrilla, albóndigas de choco, revuelto de bacalao o revuelto de ortiguillas marinas y calamares del campo. De la costa tenéis el bacalao confitado con pipirrana, ventresca de atún o la suprema de salmón con picadillos de marisco. Y cómo no, un buen cordero, que es el plato por excelencia de la zona: Brazuelo lechal, pata de cordero lechal, chuletitas de lechal o los bocaditos fritos al ajo, además de ternera nacional, buey o presa de cerdo ibérico a la brasa. La cocina sugiere perdiz de monte en escabeche, magret de pato a la brasa, carrilleras glaseadas o su famoso solomillo Almoradux. Fuera de carta probamos un exquisito ajo blanco con mojama o las cocochas de merluza en salsa verde.
Resumiendo: Almoradux es un lugar para disfrutar del entorno. Un sitio para ir con los pequeños a pasar un día de campo y comer en la terraza disfrutando del paisaje, a pesar de que el último kilometro y medio para llegar necesite de un 4×4. Si pensáis que por estar alejados de las capitales, es más barato, os equivocáis. Nuestra comida para dos personas se fue a 66,15€. El servicio es cuestión aparte. Lo cierto es que se ven voluntariosos y se mueven con rapidez por las instalaciones, pero no les cunde. La sensación es que les falta personal para tanta mesa. De cualquier forma, si lo que queréis es comer alejado de la multitud de estas fiestas de primavera, respirando aire fresco y contemplando un paisaje natural como pocos en Andalucía, ese lugar es el Restaurante Almoradux. Os animamos a dar un paseo con los más pequeños de la casa por los alrededores y disfrutar del aire puro, el olor a pino, romero y tomillo.