Carretera Aznalcazar-Pilas, Km 0,5, 41849 Aznalcázar
Teléfono: 955 75 07 18
A las puertas del Parque Nacional de Doñana se encuentra Aznalcázar, un rincón sevillano con historia, tradición y una conexión profunda con la naturaleza. Este pueblo no solo conserva la esencia de sus raíces árabes y romanas, sino que también está marcado por la presencia del río Guadiamar, una de las arterias naturales más importantes de la región. Afluente del Guadalquivir y clave en la biodiversidad de Doñana, este río ha sido testigo silencioso de siglos de vida y cultura, recorriendo el territorio entre sauces y alamedas, alimentando huertas y sembrando frescura en sus riberas. Hoy, tras años de recuperación y respeto por su cauce, el Guadiamar vuelve a ser sinónimo de vida, sostenibilidad y orgullo local. En este entorno natural privilegiado nace el Asador Guadiamar, un homenaje a la tierra, a los sabores auténticos y a la cocina que respeta los tiempos, el producto y la tradición, con especial énfasis en los asados. El nombre del restaurante no es casual: evoca esa conexión esencial entre la tierra, el agua y la vida rural que define Aznalcázar. Aquí, cada plato cuenta también una historia de este paisaje vivo y generoso.
Este entorno natural privilegiado, con paisajes de marismas, pinares y senderos que invitan a la desconexión, es también el marco perfecto para disfrutar de una experiencia gastronómica auténtica, de esas que se saborean sin prisa. Y es que desde su apertura en febrero de 2004, el Restaurante Asador Guadiamar ha sido gestionado con mimo y dedicación por Adela Valenzuela y Mai Porras, dos emprendedoras que convirtieron su pasión por la cocina y la hospitalidad en un proyecto de vida. Adela comanda los fogones con maestría, mientras que Mai se encarga de recibir a los comensales con la cercanía y el trato cálido que ya es seña de identidad del lugar. Lejos de ser un simple restaurante, Guadiamar es un espacio amplio y acogedor que invita a quedarse. Su interior recrea el estilo rústico de un chozo andaluz, con techos de madera y detalles que evocan la tradición local. Tras una barra generosa, los clientes pueden ver cómo las brasas trabajan sin descanso en una parrilla que es puro espectáculo. El exterior no se queda atrás: una amplia terraza ajardinada permite comer al aire libre en los días soleados, con zonas de césped y mesas cómodamente distribuidas. Y para los que vienen de fuera, el restaurante cuenta con aparcamiento propio, lo cual siempre es un plus.
Especialistas en cocina a la brasa, su carta es un homenaje a los sabores tradicionales con un toque personal que la hace única. Para empezar, su selección de ibéricos. Las ensaladas, con opciones como la Ensalada Guadiamar (10 €), la clásica mixta (8 €), la de pimientos asados (12 €), o los refrescantes cogollos de Tudela con anchoas (15 €). Entre los entrantes calientes destacan los rollitos de langostinos con bacon (9,50 €), el revuelto de la casa (11 €), los calamares del campo (14 €), y las croquetas caseras de puchero (12 €). Los amantes del mar encontrarán delicias como choco frito (15 €), pulpo a la gallega (18 €), gambas a la plancha o cocidas (18 €), almejas de Carril y coquinas. No faltan clásicos como espárragos con mayonesa (7 €) y panes de la casa rellenos de jamón o bacalao (11 €). En carnes, el protagonismo lo tienen las brasas: presa y secreto ibérico (19 €), solomillo de cerdo a la brasa o a la casera (13 €), entrecot y carne roja de buey, chuletas de cordero, paletilla o pierna de cordero lechal, y el sabroso churrasco de cerdo (11 €). Los guisos caseros como la carrillera ibérica en salsa (15 €) o la caldereta de venado (13 €) merecen mención especial. El arroz caldoso con conejo y caracoles (13 € por persona) es una de sus especialidades, así como la paella mixta por encargo (11 €, mínimo dos personas). Entre las sopas, se puede elegir entre gazpacho andaluz (5 €), salmorejo (6,50 €), sopa de picadillo (5,50 €) o consomé de ave (3,50 €). En pescados, el bacalao al Ribeiro (16 €) o frito (15 €), merluza a la vasca, pez espada, y lubina o dorada a la espalda o a la sal, son apuestas seguras. Para terminar, postres caseros como el flan de huevo, natillas, arroz con leche o tarta de queso (3,50 €), la milhojas rellenas (4 €) o la isla flotante (5 €) completan la experiencia.
Así, el Asador Guadiamar no es solo una parada gastronómica, sino una experiencia que enraíza en la tierra que le da nombre. Es sabor y paisaje, fuego y calma, tradición y cercanía. Ofrecen un menú diario equilibrado y sabroso de lunes a viernes (excepto festivos), ideal para quienes buscan comer bien entre semana, sin dejar de lado su carta variada ni sus menús especiales pensados para celebraciones, bodas y eventos. Por eso, ya sea tras una ruta por los pinares de Doñana, una escapada de fin de semana o un encuentro especial, este rincón a orillas del Guadiamar os espera con los brazos abiertos, las brasas encendidas y el alma aznalcaceña servida en cada plato.