Carretera del Pantano de Gergal, s/n, 41210 Guillena
Teléfono: 656 25 32 94
Entre los efectos que nos ha dejado la pandemia, se encuentra la fobia de algunas personas a los lugares cerrados, provocando una tendencia cada vez mayor por preferir espacios amplios, a ser posible en plena naturaleza, en los que caminar, jugar, practicar deporte y si se tercia, homenajearse con una suculenta comida. Lo que los comensales buscan ahora de forma habitual es saborear la comida en terrazas, veladores y patios de restaurantes. En zonas donde, además, los más pequeños pueden estirar las piernas, correr y gastar energía, una vez que terminan de comer (que suele ser mucho antes que los adultos). Si sois de los que huyen de las grandes ciudades y del gentío, os proponemos organizar una ruta por uno de los parajes más bellos cerca de Sevilla capital.
La Ruta del Agua de Guillena es un itinerario turístico de trazado circular, de 15 km de longitud, con un camino lleno de lugares espectaculares, en el se pueden encontrar antiguas estaciones de ferrocarril, embalses, aldeas cortijos, lagos y restos prehistóricos, además de ser un lugar de alto valor ecológico por las especies vegetales y animales que encontraremos. Una zona en la que fluyen las aguas de los ríos rivera de Huelva y rivera de Cala, y en cuyos cauces se encuentran los embalses del Gergal, Guillena, Cala y La Minilla. Bosque de encinas, álamos y alcornoques, con varias zonas de descanso y miradores para disfrutar visualmente en todo momento de las magníficas vistas de la zona. La mayor parte de la senda es paisaje de dehesa con ganaderías bravas de toro de lidia sobre todo en la dehesa de El Serrano. Una ruta de ida y vuelta, cuyo objetivo es disfrutar del senderismo durante un día entero, tranquilamente y sin prisas. Huerta del Mayorazgo es un oasis situado en la Ruta del Agua, junto a Guillena. Un lugar para reponer fuerzas con especialidad en carnes y productos de temporada. Magnífico restaurante en la sierra de Sevilla donde podréis comer y disfrutar de la naturaleza, todo en uno. Algunas de las quejas sobre este negocio tienen que ver con la lentitud de la cocina cuando esta lleno de clientes. El secreto esta en llegar temprano, sobre todo los fines de semana.
La primera impresión del lugar es que no desentona en nada con el entorno. Construcciones de piedra, techos de paja y elementos rústicos. Clima agradable, ambiente familiar y platos con mucho sabor, para un espacio que se encuentran en el interior de una especie de cabaña, ideal si eres de los que disfruta de los espacios rústicos y la naturaleza. Un restaurante con muebles provenzales y una gran chimenea en el interior, y terrazas tanto delante como en la parte trasera, delimitadas con troncos de madera, con grandes mesas corridas y un mini bar redondo, con techo de cañizo, perfecto para tomar una copa con unas vistas extraordinarias. Carta clásica y apropiadamente rústica, con ensaladas de varios tipos, revuelto de espárragos con jamón, de setas con jamón y gambas, revuelto de patatas con chorizo, revuelto del mayorazgo con chorizo y morcilla o revuelto de bacalao. Pescados como el pez espada o el lomo de merluza a la plancha. Cazuelas como la Tía María con solomillo ibérico, chorizo, pimientos y patatas fritas y huevos fritos. Huevos fritos con jamón, con chorizo y cebolla, o con carne ibérica. Montaditos de lomo, pollo, jamón o queso. Pero donde realmente destaca su carta es en las carnes, que podéis pedir en medias y raciones: Solomillo ibérico, solomillo al whisky, solomillo al cabrales o a la pimienta, solomillo con salsa de setas y almendras, presa ibérica con jamón, secreto ibérico, pluma ibérica, costillas sin hueso, lomo ibérico, pechuga de pollo empanada o solomillo de ternera, entre otras. Paletillas de cordero al horno por encargo. La comida fue suficiente, sabrosa, bien presentada y en general los precios son accesibles.
Conclusión: un sitio precioso para llegar temprano, comer, disfrutar del paisaje y los rincones de descanso que ofrece el restaurante. Y, por qué no, pasar la tarde en compañía de un buen Gin Tonic mientras los pequeños se divierten rodeados de naturaleza. Ideado desde el respeto al entorno, busca aliarse con la naturaleza integrándola en el propio local. Un concepto en el que restaurante y paisaje se fusionan, interactúan y complementan. En definitiva, un sitio en el que sostenibilidad y buena cocina conforman una interesante opción si os apetece salir de la ciudad.