Avenida de Montes Sierra, 21a, 41007 Sevilla
Teléfono: 671 11 54 65
Cuando hablamos de cocina árabe, el concepto puede ser tan ambiguo como hablar de cocina caribeña o cocina mediterránea. Comparten rasgos, productos y técnicas, y a ojos de un profano pueden parecer gastronomías idénticas, pero cada región la adapta a su manera. Por eso cuando leí en la carta de este local el epígrafe de “Comidas árabes” lo primero que pensé es que es imposible abarcar en un solo establecimiento algo que engloba recetas de una enorme cantidad de países, mayoritariamente musulmanes, que van desde Turquía a Oriente Medio y el Magreb. Efectivamente no me equivocaba, porque Restaurante La Paz está enfocado, casi exclusivamente, a la cocina marroquí, un país forjado gastronómicamente por la influencia de las culturas del norte de África, árabe y mediterránea. La cocina marroquí posee un carácter familiar y una elaboración muy casera y sencilla, donde abundan las verduras y frutas, especias, cereales, legumbres y en general poca carne. Se caracteriza por la combinación de los sabores dulce y salado, algo que está muy presente también en la gastronomía típica de Extremo Oriente. Uno de los “platos fuertes” de Marruecos para atraer turismo es su gastronomía. Colores, olores y sabores, con gran protagonismo de las especias, que se suman a la conocida hospitalidad marroquí y a la pretensión por crecer como destino turístico, aprovechando que es un país seguro que quiere acercarse a Europa, con una apertura ideológica importante en la que se respeta la libertad de culto.
La primera vez que escuche algo sobre las bondades de este local que lleva abierto unos cuatro años frente a la gasolinera de Montes Sierra, no podía pensar que íbamos a encontrar un establecimiento hasta la bandera de público, con clientes esperando para sentarse. Después de conocerlo podemos adelantar algunos de sus secretos: Cocina sencilla pero sabrosa, rapidez del servicio y unos precios inmejorables que rondan los 15 euros por persona. El local consta de un salón diáfano con la barra al fondo y una zona de tienda a la derecha donde tenéis estanterías llenas de productos árabes como teteras, tajínes, salsas, especias… además de un mostrador de venta de carne Halal, es decir, siguiendo el rito musulmán de dar muerte al animal. Un local poco agraciado, con muebles castellanos, luz blanca y aspecto de salón de celebraciones, con una agradable terraza de césped artificial donde se está cómodo y tendréis menos ruido. Tres cocineras dentro a pleno rendimiento y pocos camareros para tanta mesa, que recorren el local de un lado a otro llevando enormes raciones de los platos más típicos de nuestro país vecino. Los clientes se reparten entre ismaelitas y sevillanos por igual, lo que da cierta garantía que lo que se cocina es bastante genuino. Al frente de este negocio están Said de Fez y Rachid, nacido en el Atlas, dos socios y amigos que llevan más de 15 años en Sevilla y que ya tuvieron un local homónimo por la zona.
Una pequeña carta con lo más representativo de la cocina magrebí, donde podéis encontrar influencias de Al-Ándalus como la pastela, que aquí se presenta en tres tamaños: pequeña 20,00€, mediana 25,00€ o grande 30,00€; el famoso cuscús con ternera 8,50€, con pollo 8,50€ o con cordero 10,00€, los tajínes de ternera con verduras 8,50€, ternera con ciruelas y almendras 8,50€, cordero con ciruelas y nueces 10,00€, menudo con garbanzos 8,50€, manitas de ternera con garbanzos 8,50€ o el tajín de pollo con salsa y verduras 8,50€. Marruecos presume de 120 tipos de ensaladas, de las que en los restaurantes europeos sólo encontraréis una docena. Aquí tienen la de la casa con pepino, tomate, lechuga y atún, en tres tamaños 2,50€/3,00€/6,00€. Podéis pedir medio pollo 8,00€ o entero con patatas 14,00€ o albóndigas con tomate y patatas 8,50€. Pero su especialidad son las enormes raciones de pinchos de pollo 8,50€, de ternera 8,50€, carne picada a la brasa 8,50€, pinchos de cordero 12,00€, además de salchichas de ternera brasa 8,50€, chuletas de cordero 8,50€ o la pierna de cordero al horno (según peso). Todo si olvidar una repostería con dulces como baghrir y msemen, pastas como las de cuerno de gacela, dátiles o frutos secos, que podéis acompañar de un buen té moruno. Celebran cumpleaños, fiestas, comidas de grupo y catering. Además, toda la carta la tenéis para llevar a casa.
Los puntos a mejorar pasan, sobre todo, por poner más personal atendiendo los días de mucha afluencia. El cuscús y el tajín no son de los mejores que he probado, pero están muy correctos, y las raciones son generosas. Este restaurante de comida tradicional marroquí está alejado del centro, por eso quizás resulta más autentico. En muchos sitios el ambiente es una cosa y los cocineros son otras, en este caso puedes ver que todos los trabajadores son árabes y las cocineras cocinan los platos como en su país. La comida es auténtica, sabores muy equilibrados, sin exceso de especias. El servicio es amable y rápido incluso estando lleno. Si queréis evitar sorpresas es mejor reservar, dado que los fines de semana suele tener bastante afluencia. Además debéis tener en cuenta que solo aceptan efectivo, no tienen tarjeta ni bizum, por lo que es imprescindible que lo tengáis previsto antes de llegar (por allí no hay cajeros). La relación calidad precio es excelente, no se puede pedir más por 14 euros de media, y sales más que lleno de una comida auténtica. Calidad, cantidad y precio, para una opción peculiar y muy interesante que debéis conocer si os gusta este tipo de cocina.