La dieta andaluza ocupa un lugar destacado entre las mejores de España. De hecho, entre los platos más famosos del país, figuran muchos de nuestra comunidad. Tenemos 800 Km de costa y eso se nota en la calidad de nuestra pesca y en la variedad de recetas que tienen al pescado como principal protagonista. Pero Sevilla está lejos aún de tener variedad de establecimientos donde se trabaje bien el pescado. A pesar de ello, ya podemos encontrar algunos locales que están consiguiendo posicionar la cultura del pescado a otro nivel. Tribeca es uno de ellos. La excelente calidad de sus mariscos y pescados, que traen en su mayoría de las lonjas gaditanas, unido a la innovación y el buen gusto en la presentación de sus platos, han contribuido a dejar atrás la creencia de que en Sevilla no salimos del “Pescaito frito” y que aquí no se conoce bien el mar y todo lo que nos puede ofrecer.
Ha sido todo un lujo poder celebrar mi cumpleaños en este local al que volvemos después de años. Son muchos los artículos que se han escrito sobre Tribeca y los éxitos empresariales de los hermanos Guardiola, pero nosotros nos vamos a centrar en conocer la nueva carta y tasar la salud de este emblemático establecimiento. Al entrar en Tribeca encontramos un espacio moderno de ambiente tranquilo y acogedor, dividido en varias estancias y con mucho espacio entre las mesas de mantelería blanca, una cocina central a la vista y una pequeña zona de barra, y todo con una decoración elegante en madera de colores claros que esta familia ideó allá por marzo del 2002. Destacar la agradable iluminación y su estudiada acústica.
La carta de Tribeca se actualiza con frecuencia, pero siempre conserva una sabrosa oferta en la que conviven la cocina tradicional de mercado con la de vanguardia. Pedro no suele trabajar con más de dos o tres pescados frescos cada vez, intentando rellenar su carta con un listado interminable de posibilidades, como el caviar Oscietra N25 Reserve 55€/20gr, ostras Gillardeau nº2 5,50€/Ud, tartar de carabineros y pan de ortiguillas 15€, cocochas de bacalao al pilpil 13,50€, arroz meloso con almeja fina gallega y tupinambo (2 pax) 26€, ensalada de perdiz de tiro en escabeche 14€, foie gras a la brasa, huevos revueltos, boletus y jugo de asado 27,50€, molleja de ternera glaseada, pak choi al vapor y vinagreta con pasas y nueces encurtidas 16,50€ o el steak tartar de lomo de Angus Aberdeen y anguila ahumada 24,50€. Entre los pecados tenéis el pargo confitado y espárragos a la brasa 32,50€, parpatana de atún rojo y gremolata 32,50€ o le mero rebozado, jengibre y kumquats 32,50€. Las carnes comienzan con un magret de pato “Maison Lafitte” remolacha y endivia 28,50€, saku de lomo bajo de wagyu japonés A5 59,50€/100gr, loto alto de Angus americano 14,50€/100gr o callos de ternera 24€. Pedro ha diseñado un menú degustación por 125€ por persona, con 45€ para la selección de vinos, que consiste en: Aove 100% picual, pan tumaca, fetuccini de calamar a la carbonara, chips de bacalao y brandada, vieira de Dieppe, holandesa, espárrago blanco y caviar, pescado según lonja, tortilla de boletus y trufa de otoño, foie gras a la brasa con bizcocho de huitlacoche, sorbetes al calvados, pera en almíbar de tomillo, flan de queso y streussel de lavanda y petit fours. La carta de vinos es espectacular con más de 400 referencias. Si a eso le añadimos un servicio atento y una cuenta razonable, Tribeca es hoy por hoy el mejor reflejo del momento crucial en la carrera de este gran chef y uno de los claros exponentes de la mejor cocina de nuestra comunidad. Gracias a Pedro y todo el equipo por hacernos disfrutar. No os lo podéis perder.