A poco más de una hora de la Capital Hispalense podéis disfrutar del hábitat natural donde vive el cerdo ibérico. La Dehesa Extremeña es un ecosistema único en el mundo, cuya particularidad radica en el equilibrio existente entre la explotación de los recursos, por parte del hombre, y la conservación del medio natural. Un modelo tradicional de desarrollo sostenible que conserva toda su vigencia. Extremadura dispone de casi un millón de hectáreas de dehesas que conforman un paisaje excepcional en el que prolifera una gran diversidad de especies de flora y fauna. El cerdo ibérico y la dehesa son los hilos conductores de la Ruta del Ibérico “Dehesa de Extremadura” que recorre emplazamientos en los que tradición y sabor se conjugan para hacer realidad una de las joyas de la gastronomía nacional: el jamón Ibérico de bellota, así como otros productos derivados del ibérico. Esta es una iniciativa público privada, para revitalizar la Ruta del Jamón Ibérico, proyecto de carácter nacional que aglutinaba todas las Denominaciones de Origen de Jamón Ibérico de España. Con este proyecto se da un paso más allá, al poner en valor la cultura del Ibérico y la Dehesa, ampliando la oferta de servicios para practicar turismo gastronómico en esta hermosa región. Por todo ello, y con la excusa de mi cumpleaños, os proponemos una escapada por la Dehesa extremeña.
Primero necesitamos un sitio donde dormir, desde donde parte nuestra escapada de fin de semana. Nuestra ruta comenzó en el Hotel Rural Dehesa de Don Pedro, un Hotel Boutique de una extraordinaria belleza, situado en una finca de 550 Has. de dehesa extremeña, en el término municipal de Monesterio.
Este precioso cortijo del SXIX ha sido restaurado con sumo respeto a los elementos originales y una cuidada adaptación a las necesidades del alojamiento. Un proyecto que siempre estuvo en la cabeza del empresario Pedro Valenzuela y que hoy es una realidad. Lo que en su día fue el área principal del cortijo, el granero y el establo, se han convertido en acogedoras habitaciones y luminosos salones. Se han recuperado elementos de madera y piedra existentes y se han mezclado sutilmente con toques modernos. Ese mismo balance entre lo moderno y lo antiguo se aprecia en un interiorismo que conserva la esencia del lugar y su autenticidad, creando ambientes que evocan al descanso, a la lectura, al disfrute. En este cortijo se respira historia en cada rincón por el que pasas y sus jardines son claves en la transición entre el edificio y el precioso entorno natural, cuyo eje se basa en la planta autóctona y la belleza intrínseca de esta hermosa Dehesa. He estado en varios hoteles rurales por toda España, pero esto es otro nivel. Por distancia a Monesterio, os recomiendo cenar en “las Mesas”, el restaurante del hotel. Un espacio con una carta breve de productos de la zona, perfecta para probar un buen surtido de chacinas ibéricas, huevos fritos con jamón y patatas o una enorme ensalada Don Pedro acompañando algunas de sus carnes: chuletitas o paletilla de cordero, pluma y presa o chuletón de vaca. Mención especial al magnifico equipo humano que Pedro, Cristina y Estefanía han conseguido reunir para este establecimiento.
La Ruta del Jamón Ibérico Dehesa de Extremadura en Badajoz discurre por 33 localidades de las comarcas de Tentudía, Campiña Sur y Sierra Suroeste. Un camino que lleva por poblaciones como Valencia del Mombuey, Oliva de la Frontera, Jerez de los Caballeros, Fregenal de la Sierra, Fuentes de León, Monesterio, Llerena, Azuaga, Higuera la Real o Montemolín. Por cercanía a nuestro hotel, nosotros comenzamos por Monesterio, uno de los pilares fundamentales de esta ruta. En esta localidad pacense encontramos extraordinarios jamones y embutidos. Sus gélidas temperaturas invernales, que lo convierten en el lugar ideal para su curación; sus extensas dehesas, donde criar al cerdo ibérico en libertad y rodeado de bellotas; junto al buen hacer de los profesionales de su industria cárnica y su tradición, que pasa de generación en generación, avalan la calidad de sus productos. Nosotros fuimos primero a conocer al Museo del Jamón y más tarde lo estuvimos probando en el Restaurante Mallorca, donde también lo podéis comprar para llevar a casa. Un clásico que nos sirvió de punto de partida para degustar el autentico jamón ibérico. La comida fue en Abarka, un espacio de cocina mediterránea de fusión, integrado en el edificio de los apartamentos turísticos Okio. Cocina de sabor, con platos originales, y con una atención magnifica por parte de David. Tomamos Canelones Ibéricos con salsa de setas, parmigiano y un toque trufado, un exquisito steak tartar con aliño Abarka, huevo de codorniz y tostas, croquetas de caña de lomo y una presa con salsa de remolacha e hibiscus, súper jugosa. Las raciones, aunque tienen opción de media, son muy abundantes, y el precio muy contenido; 66,00€ nuestra comida para dos, con botella de vino incluida.
Al día siguiente dimos un paseo por Montemollin, una localidad que Integra dos pedanías: Pallares y Santa María de Nava. Se localiza en el levante del Partido Judicial de Zafra, ocupando un espacio que a través de Sierra Prieta, establece la división con la Campiña de Llerena. En el aspecto geográfico, el terreno resulta alomado y cubierto de dehesa y monte bajo o desnudo de vegetación. El núcleo fue un importante enclave árabe estratégicamente situado en el límite fronterizo entre Andalucía y Extremadura, contando para su defensa con una poderosa alcazaba. Paramos en este bonito pueblo para el desayuno. La idea era probar las tostadas del Bar el Reclamo. Si estáis por la zona, tenéis que desayunar aquí. La ruta nos llevo a Zafra, sede administrativa y cabeza industrial de la comarca de Zafra-Río Bodión, con uno de los mejores restaurantes de la provincia. Acebuche es sin duda uno de los templos de la mejor cocina extremeña. Carmen Peláez y Javier Gassibe ideaban platos y cartas en su tiempo juntos. Hasta que hace ya dos años su proyecto se hizo realidad. Fusión extremeña-argentina, con platos pensados para compartir, en una carta donde conviven los productos ibéricos con sorrentinos de cordero, empanaditas argentinas, mollejas de ternera a la parrilla o costillares de cordero. Destaca también su pericia en las presentaciones, como el plato fuera de carta de ternera con mejillones, y en el trabajo con verduras y pastas, además de su oferta de panes caseros. La ensaladilla con gambones y sopa de marisco es la mejor que he probado en mi vida, y son muchas las ensaladillas que he podido degustar. El servicio es muy agradable y el precio muy ajustado. 55,00€ por persona fue nuestra comida, con un Chardonnay brut nature, varios tintos y postre, incluidos.
Para la vuelta a casa, elegimos comer en Fregenal de la Sierra. Fregenal está situado en el cuadrante noroccidental de Sierra Morena, a unos 572 metros sobre el nivel del mar. Es otro de los muchos pueblos extremeños vinculados al jamón de bellota, donde es posible conocer el proceso de elaboración de este manjar y degustar las mil y una propuestas gastronómicas que ofrece el cerdo ibérico. Fuimos a comer a Bar Nito. Fantásticos ibéricos y vinos de la tierra en este lugar de referencia en la zona. Da igual lo que pidáis, es imposible fallar, todo está rico. En conclusión, por primera vez se ha demostrado que el jamón ibérico mejora uno de los termómetros de la salud vascular: el endotelio. Para que lo entendamos: el jamón ibérico es bueno para la tensión arterial. Y en este punto, si es jamón ibérico de bellota, mejor. La razón es sencilla: Los cerdos criados al aire libre y alimentados de hierba y bellotas, producen un jamón que contiene una mayor cantidad de compuestos llamados polifenoles, unos potentes antioxidantes y antiinflamatorios a nivel vascular. Todo, claro con moderación. Ni abuséis ni os cojáis un empacho a base de comerse los jamones ibéricos de dos en dos, que nos conocemos. Además y ya para terminar esta peculiar loa al jamón y a la Dehesa Extremeña, hay que decir que los sevillanos sabemos comer jamón, y por eso tenemos claro que los jamones de la Sierra de Huelva y de la Dehesa extremeña son los mejores del mundo. Esta ruta la tenéis muy cerquita de casa y merece la pena solo para ver cómo está el campo en esta época del año. Una maravilla que debéis conocer.