Calle Relator 56 41003 Sevilla
Teléfono 633 486 697
“El hábito no hace al monje, pero lo distingue”. Por eso, a la hora de llamar la atención de los viandantes que pasan por delante de un restaurante, algunos propietarios intentan captarles con sus mejores carnes o pescados, otros lo llenan de reclamos con menús especiales y ofertas y otros tratan de transmitir sofisticación con elementos decorativos singulares. Cualquier estrategia es válida a la hora de hacer rentable un negocio que acaba de ponerse en marcha. La Vida Jonda es el nombre de este nuevo espacio abierto en la esquina de Relator con San Basilio, muy cerquita del Pumarejo. Si aplicamos, como en este caso, el término “Jondo” a la vida, podríamos decir que al igual que el cante, sería una “vida ejecutada con profundo sentimiento”. Un hermoso concepto que ha salido de la unión del anterior nombre del local (Vida Loca) y del término que acompaña a sus nuevos propietarios, los “Javieres” Abascal y Vargas, socios del otro Jondo de la Capital, Plato Jondo. Dos chefs y empresarios que sobresalen imparables en su progresión en la hostelería sevillana y que ahora han decidido darle un “cese temporal” a su local de Pastor y Landero para cambiarlo de ubicación y de concepto, convirtiéndolo en un espacio mucho más gastronómico, dejándose de medias tintas para crear algo más personal. Una decisión arriesgada y valiente que elogiamos desde estas páginas.
Abierto el martes 28 de marzo, lo primero que vemos al entrar en Vida Jonda es una gran barra rodeada de originales taburetes, con una zona de mesas separadas por unos medios tabiques de vidrio y metal. Grandes ventanales perfectos para que la luz natural llegue a todos los rincones del local, con un suelo flotante de metacrilato que deja ver el ladrillo antiguo original del edificio. Techos de formas geométricas con ventiladores de aspas. Los muebles son de madera reciclada destacando las mesas de madera maciza. El color predominante es el gris de los azulejos en las paredes, con elementos decorativos tan originales como las lámparas industriales sobre la barra. Realmente, excepto por los tiradores de cerveza y la bicicleta que colgaba del techo, no le han tenido que hacerle casi nada al local. Algo que llama la atención de la Vida Jonda es que la decoración no se ajusta demasiado al tipo de cocina que se ofrece. El público que busca este tipo de cocina no espera encontrarla en un local con un aire tan alternativo, por eso creo que le falta coherencia al relato. Y es que cuando un proyecto no se levanta desde cero y se aprovecha lo ya existente, suelen pasar este tipo de cosas. A pesar del intento de darle un aire más contemporáneo y menos industrial, el local está proyectado como uno de esos neobares de diseño pero con una propuesta gastronómica de corte tradicional, en un espacio, eso sí, apetecible y con carácter.
En la cocina de Vida Jonda encontramos al propio Javier Vargas acompañado por Mónica Pedrosa (@monicapedrosa44), ex alumna de la Escuela Superior de Hostelería de Sevilla que ha estado de prácticas en importantes restaurantes como Casa Marcial en Asturias o Disfrutar en Barcelona. La combinación de la creatividad de Vargas con la frescura de Pedrosa, dan como resultado una propuesta gastronómica muy interesante. Producto andaluz para una carta de “aquí”, con el mismo concepto culinario de Plato Jondo, pero en un formato más popular. Tradicionalismo gastronómico, con una carta concisa que incluye algunos de los platos más demandados de Plato Jondo, así como algunas nuevas creaciones diseñadas específicamente para este bar de tapas. Reinterpretaciones de algunos clásicos como su famoso serranito, las pavías de bacalao 3,50€, los chicharrones clásicos del Mercado de Feria 4,50€ o los guisos jondos elaborados a diario 8,00€. Aperitivos como la ensaladilla de atún 6,50€, papa aliñas 5,50€, gildas caseras 2,90€, brioche de langostinos 6,50€. Entrantes como las croquetas caseras (6ud) 8,00€, aguacate templado con tartar de tomate y crema de queso 10,00€, tortilla de patata con menudo 7,50€ o la carne mechá y mejillones en escabeche con patatas fritas 10,00€. De platos principales tenéis el San Jacobo de gamo 11,00€, bacalao con tomate 10,00€/17,00€, merluza frita con ensalada de col 11,00€/18,00€ o el corte de carne ibérica a la plancha 12,00€/19,00€. Fuera de carta encontramos el hojaldre de caballa 4,50€, albóndigas de choco 12,00€ o el lomo bajo de Holstein 32,00€. De postre, manzana crumble 6,00€, tarta de queso 6,00€ o arroz con leche 6,00€. Sabores que despiertan la memoria, en una pequeña carta donde no faltan los vinos de origen andaluz, como algunos del Marco de Jerez, blancos como Silente de Sevilla 4,50€/24,00€, tintos como Hallado de Sevilla 4,50€/24,00€, Arx de Cádiz 30,00€ o vinos de postre como Px Micaela 3,50€ o Moscatel MR de la Sierra de Málaga 6,00€.
Parece que hay una tendencia generalizada de vuelta a las raíces, al sentido de pertenencia y al consumo local. Si lo aplicamos a la cocina, volvemos al plato clásico. Pero no porque la cocina de toda la vida esté de moda, sino porque en realidad nunca ha perdido el beneplácito de los sevillanos. Siempre volvemos a ella en caso de necesidad. En Vida Jonda destacan los puntos de cocción, las texturas y las materias primas, que unidas a la técnica, dan como resultado una carta viva, de sabores mediterráneos, que reformula la tradición apostando por los productos locales y de temporada. En este espacio podréis saborear las esencias de nuestra historia y acercaros a la vida real de la Sevilla más secular, donde la vitalidad, el carácter y la alegría inundaban las calles de la capital. Precisamente en este entorno del Pumarejo se sigue manteniendo de forma intacta la ciudad más auténtica y más genuina. Este es un lugar de esos que enganchan por la sinceridad de su propuesta. Suerte a los Javieres en esta nueva aventura y en las que se propongan en el futuro.