Calle Tomás de Ibarra, 20, 41001 Sevilla
Teléfono: 854 70 49 35
“Vuela como vuelan las personas que no piensan en mañana y de pensar en lo que hiciste no lo harías y cortarías tus alas”. Esta es parte de la bella letra de la canción “Zapatillas” del Bicho. Una letra que inspiró al joven chef Víctor Blandón, para dar nombre a este proyecto abierto desde 2020. Víctor se ha dedicado siempre a la cocina (aunque antes era músico). Trabajó varios años en restaurantes de Londres y como jefe de cocina en Ibiza antes de poner en marcha este interesante local junto a su socio Fabio Sarmiento. “Era joven y me apasionaba la cocina” nos cuenta este cocinero que encontró en la fusión de culturas gastronómicas su “modus operandi”. El proyecto lo iniciaron juntos. Fabio se dedicaba al marketing universitario en escuelas de negocios privadas, y aunque en un principio solo iba a ser socio, después del covid tuvieron que reubicarlo todo y dejó su trabajo para meterse detrás de la barra. Los dos hacen de todo, pero los roles han quedado establecidos con Víctor en cocina, organizando el menú, y Fabio cuidando la sala y dando vida a la interesante carta de cócteles que Miguel Santamaría les hizo hace ya 4 años. Desde su apertura han podido pulir el concepto hasta encontrar la fórmula más adecuada al tipo de público y la zona de la ciudad donde se encuentra.
Vuela Tapas es un espacio en forma de ‘L’, con la cocina detrás y una enorme barra de madera como protagonista. Techos de vigas, mesas altas para un tapeo distendido y bajas con sillas de metal galvanizado, para disfrutar con calma de una estupenda velada. La decoración es sencilla y moderna, y en sus paredes es frecuente encontrar exposiciones temporales de pintura, en las que los artistas dan a conocer sus obras. La idea es añadir un toque cultural donde el arte y la música formen parte del ambiente. Aquellos que prefieran comer con más intimidad, también tienen esa posibilidad en una acogedora zona al fondo, junto a la cocina. Fuera, algunas mesas para tapear al aire libre. Vuela Tapas es uno de esos restaurantes de cocina desenfadada y ambiente relajado. Típico espacio en el que te sientas con amigos y no te apetece irte en toda la tarde de lo “agustíco” que estás. Aquí se respira buen rollo, gente alternativa y mucho visitante extranjero, de los que les gusta escudriñar el centro de la ciudad. Su carta mezcla dos mundos: calidad del producto y elaboraciones sabrosas y sin pretensiones, utilizando tres o cuatro ingredientes en cada plato, procurando que se fusionen unos con otros y que no sobre ni falte nada. Una cocina fresca, servida al momento, recreando sabores que no necesitan aditivos.
Un establecimiento en el que la propuesta de cocina es todo menos aburrida. Carta original, desenfadada, y a un precio asequible para estar a pocos metros de la Catedral. Platillos de temporada con toques de fusión y vanguardia, que Víctor cocina a conciencia rescatando recetas de toda la vida. El esmero que ponen en cada elaboración, hace que los platos de su carta sorprendan y animen a seguir probando. Entrantes como los quesos (oveja, vaca o cabra) 5/10€, ostras nº2 4,80€ o la anchoa del Cantábrico con piparras 5€. Entrantes como el bacalao frito con alioli de ajo negro 9€, ajoblanco con caballa ahumada y sorbete de limón 6,50€, ensaladilla de gambón 8,50€, tosta de sardina sobre escalivada 7,50€, brioche de panceta ibérica 6,00€ o tataki de atún 12,50€. Pescados como la corvina con crema de cebolla 16,50€, su famoso pulpo crujiente 20,50€ o rodaballo sobre cremoso de bulgur 16,50€. En carnes tenéis abanico con boniato 16,50€, magret de pato 16,50€ o entrecot de vaca 22,50€. De postre, tarta de queso o mousse de chocolate blanco 6,50€. Y todo acompañado de cocteles populares como el “Mermelada de Sevilla” o el favorito de Fabio “No mames wey”. La carta de vinos incluye una selección de los mejores Riojas o Riberas, junto a vinos blancos como el albariño, el verdejo o el semidulce. El servicio es agradable y cercano, con atención al detalle.
Hay restaurantes pensados simplemente para el disfrute, creados por y para gozar de la comida, entendida en el sentido más primitivo de la palabra, sin aspavientos creativos, florituras técnicas ni pretensiones instagrámicas. Así es Vuela Tapas. Lo de “cocina de producto” está tan manido que casi ha perdido valor, pero es que eso es exactamente lo que hacen aquí, elegir buen pescado, buenas verduras… y hacer que sean ellos los que se luzcan en la mesa. Es el triunfo de la sencillez puesta al servicio del hedonismo más puro. Por resumir en una frase: en Vuela Tapas comer (y beber) está por encima de todo. Estos dos jóvenes hosteleros han conseguido crear un pequeño espacio donde vale la pena hacer parada para descubrir un universo de sabores y experiencias de gran nivel gastronómico. Nos ha encantado conocerlo. Ahora os toca a vosotros.